Guadalajara, Jal., a 16 de diciembre de 2014.
Circular 42/2014
Prot. A4473/2014
Jubileo por el Centenario del Martirio
de San David Galván Bermúdez
A toda la comunidad Diocesana
Que la paz de Jesucristo nuestro Dios y Señor colme de esperanza su vida y su servicio en la Iglesia.
El Apóstol San Pedro interroga a nuestro Señor Jesucristo acerca de la remuneración que pueden aspirar a recibir de su parte, quienes lo han dejado todo para seguirlo: “Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna” (Mc.10, 29-30).
Esta promesa se cumplió cabalmente en la vida y el martirio de un joven Presbítero del clero de Guadalajara y oriundo de esta capital, San David Galván Bermúdez, de quien próximamente, el día 30 de enero del 2015, se cumplirá el primer centenario de la ofrenda de su vida. Discurriendo este aniversario en el marco del Año Jubilar, por el 150 del nacimiento de la Provincia Eclesiástica de Guadalajara, he dispuesto que un Comité especial, encabezado por Mons. J. Guadalupe Ramiro Valdés Sánchez, Secretario Ejecutivo de la Comisión Diocesana de Causas de Canonización, con el Párroco de Nuestra Señora del Rosario de Guadalajara, Mons. Ramiro Vázquez Sáinz, y el Encargado para los Festejos del Año Jubilar, el Sr. Cura Lic. José Abel Castillo Castillo, el Vicerrector del Seminario Conciliar, el Pbro. Lic. J. Guadalupe Miranda Martínez y el Párroco de Amatitán, el Sr. Cura Felipe de Jesús García Velázquez, organicen y den a conocer oportunamente, algunas actividades que involucren a toda la Arquidiócesis, en las Vicarías Episcopales, los Decanatos y Parroquias de la zona metropolitana, que tengan como eje central la visita al lugar de su sepulcro, que culminen el 30 de enero del 2015, centenario de su martirio.
San David Galván Bermúdez nació en Guadalajara el 29 de enero de 1881, en el seno de una familia sencilla y laboriosa. Huérfano de madre a muy temprana edad, formó parte del coro de infantes de la Catedral, del que pasó, adolescente, al Seminario Menor. Por dudas vocacionales dejó este plantel, sin embargo, luego de un período de diversas experiencias y discernimiento, decidió retornar al Seminario, dando muestras fehacientes de haber dominado su carácter y de tener una sólida piedad y probada virtud.
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Fue ordenado Presbítero el 20 de mayo de 1909. Reconocidas sus muy elevadas dotes intelectuales, se le nombró catedrático del Seminario, donde fundó y dirigió la revista mensual “Voz de aliento”. Fue muy apreciado por formadores y alumnos, y fue también un catequista modelo y un afanoso promotor de la Doctrina Social Católica.
Disuelto el Seminario en 1914, en el marco de la persecución religiosa promovida por los carrancistas, quedó como responsable de la Vicaría de Amatitán, donde estuvo a punto de perder la vida.
Se dispuso a administrar los sacramentos de la reconciliación y unción de enfermos a los heridos en la refriega entre villistas y carrancistas de las primeras horas del sábado 30 de enero de 1915, cuando fue arrestado, y sin más cargos que su condición sacerdotal y el odio, que por ello, le profesaba el carrancista Enrique Vera, se ordenó su fusilamiento, que tuvo lugar al mediodía de esa fecha en el muro oriente del antiguo hospital de Belén, dando el mártir, en todo momento, testimonio de fe y entereza.
El pueblo católico lo tuvo siempre como mártir de la fe, honrando su memoria primero en el sitio de su ejecución y, a partir de 1922, en el lugar de su sepultura definitiva, donde se construyó el Templo de Nuestra Señora del Rosario, que la gente se empeña en seguir llamando “del Padre Galván”. Es por tan grande Solemnidad que dispongo se conceda indulgencia plenaria a quienes realicen peregrinación a este Templo parroquial guardando las debidas disposiciones para ganarlas. Con ello, doy a conocer el inicio de un Jubileo del día 30 de enero de 2015 hasta el 30 de enero de 2016. De este modo pueda ayudarnos el elocuente ejemplo de San David Galván Bermúdez a vencer las vicisitudes y toda adversidad, con la fuerza de quienes son capaces de poner la vida y la muerte, en las manos de Dios.
Hace poco, hablando del martirio, el Papa Francisco ha resaltado que “si seguimos el ejemplo de los mártires y creemos en la palabra del Señor, entonces comprenderemos la libertad sublime y la alegría con la que afrontaron su muerte” (Homilía de la beatificación de Paul Yun Ji-Chung y compañeros mártires, Seúl, Corea, 16 de agosto del 2014).
Que las celebraciones de este centenario del martirio de San David Galván Bermúdez alienten a todos a conocer, amar, venerar e imitar las heroicas virtudes cristianas de nuestros santos mártires mexicanos.
+ José Francisco Card. Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara
Javier Magdaleno Cueva Pbro.
Secretario Canciller