7 domingo
Verde
XXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
MR p. 435 [433] / Lecc. II p. 265. LH Semana III del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 118, 137. 124
Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos; muéstrate
bondadoso con tu siervo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, de quien nos viene la redención y a quien debemos
la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto
amas, para que todos los que creemos en Cristo obtengamos
la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[¿Quién es el hombre que puede conocer los designios de Dios?]
Del libro de la Sabiduría 9, 13-19
¿Quién es el hombre que puede conocer los designios de
Dios? ¿Quién es el que puede saber lo que el Señor tiene
dispuesto? Los pensamientos de los mortales son inseguros
y sus razonamientos pueden equivocarse, porque un cuerpo
corruptible hace pesada el alma y el barro de que estamos hechos
entorpece el entendimiento.
Con dificultad conocemos lo que hay sobre la tierra y a duras
penas encontramos lo que está a nuestro alcance. ¿Quién podrá
descubrir lo que hay en el cielo? ¿Quién conocerá tus designios, si
tú no le das la sabiduría, enviando tu santo espíritu desde lo alto?
Sólo con esa sabiduría lograron los hombres enderezar sus
caminos y conocer lo que te agrada. Sólo con esa sabiduría
se salvaron, Señor, los que te agradaron desde el principio.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 89
R. Tú eres, Señor, nuestro refugio.
Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales
que retornen. Mil años para ti son como un día que ya pasó; como
una breve noche. R.
Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba,
que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita
y se seca. R.
Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta
cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R.
Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda.
Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos, puedan mirar tus obras
y tu gloria. R.
SEGUNDA LECTURA
[Recíbelo, no como esclavo, sino como hermano amadísimo.]
De la carta del apóstol san Pablo a Filemón 9b-10. 12-17
Querido hermano: Yo, Pablo, ya anciano y ahora, además,
prisionero por la causa de Cristo Jesús, quiero pedirte algo en
favor de Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado para Cristo
aquí, en la cárcel.
Te lo envío. Recíbelo como a mí mismo. Yo hubiera querido
retenerlo conmigo, para que en tu lugar me atendiera, mientras
estoy preso por la causa del Evangelio. Pero no he querido hacer
nada sin tu consentimiento, para que el favor que me haces no
sea como por obligación, sino por tu propia voluntad.
Tal vez él fue apartado de ti por un breve tiempo, a fin de que
lo recuperaras para siempre, pero ya no como esclavo, sino como
algo mejor que un esclavo, como hermano amadísimo. Él ya lo
es para mí. ¡Cuánto más habrá de serlo para ti, no sólo por su
calidad de hombre, sino de hermano en Cristo! Por tanto, si me
consideras como compañero tuyo, recíbelo como a mí mismo.
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 118, 135
R. Aleluya, aleluya.
Señor, mira benignamente a tus siervos y enséñanos a cumplir
tus mandamientos. R. Aleluya.
EVANGELIO
[El que no renuncie a todos sus bienes no puede ser mi discípulo.]
Del santo Evangelio según san Lucas 14, 25-33
En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre
y él, volviéndose a sus discípulos, les dijo: “Si alguno quiere
seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa
y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí
mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y
me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no
se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué
terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no
pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de
él, diciendo: ‘Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar’.
¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a
considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro
del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el
otro esté aún lejos, le enviará una embajada para proponerle las
condiciones de paz.
Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus
bienes, no puede ser mi discípulo”. Palabra del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Pidamos al Señor que escuche nuestras plegarias
y atienda a nuestras peticiones:
1. Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le
conceda la paz y la unidad, la guarde de todo mal y
acreciente el número de sus hijos, roguemos al Señor.
2. Por la paz del mundo, para que cesen las
rivalidades entre las naciones, renazca en el corazón
de los hombres el amor y arraigue entre todos los
pueblos la mutua comprensión, roguemos al Señor.
3. Para que Dios purifique al mundo de todo error,
devuelva la salud a los enfermos y conceda el regreso
a los que añoran la patria, roguemos al Señor.
4. Para que el Señor nos conceda perseverar en la
fe y, después de la muerte, nos admita en el Reino de
la felicidad, de la luz y de la paz, roguemos al Señor.
Señor, Dios todopoderoso y eterno, escucha
nuestras oraciones y envíanos la sabiduría de tu
Espíritu, para que –como verdaderos discípulos de
tu Hijo– llevemos nuestra cruz de cada día y, unidos
a Él, sigamos fielmente tus caminos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, fuente de toda devoción sincera y de la paz,
concédenos honrar de tal manera, con estos dones, tu majestad,
que, al participar en estos santos misterios, todos quedemos unidos
en un mismo sentir. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 12
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue, no
camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor, a tus fieles, a quienes alimentas y vivificas
con tu palabra y el sacramento del cielo, aprovechar de tal manera
tan grandes dones de tu Hijo amado, que merezcamos ser siempre
partícipes de su vida. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
ACTIVIDAD DIOCESANA
Visita al Santuario de los Mártires:
Decanato de Cocula.