30 martes
Blanco
Memoria,
SAN JERÓNIMO,
Presbítero y Doctor de la Iglesia
MR p. 803 [834] / Lecc. II p. 844
En diferentes temporadas, el sacerdote Jerónimo permaneció
en Roma, en donde sirvió de secretario al Papa Dámaso. Pero
los últimos 35 años de su vida los pasó cerca de la cueva de
Belén, en donde nació Jesús. Ahí, entre penitencias y oraciones,
se entregó en alma y cuerpo al estudio de la Biblia, que tradujo
al latín y comentó (340-420).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 1, 2-3
Dichoso el hombre que medita la ley del Señor, de día y de
noche; dará fruto a su tiempo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que diste a san Jerónimo, presbítero, un suave
y vivo afecto por la Sagrada Escritura, concede que tu pueblo se
alimente de tu palabra con mayor abundancia y encuentre en ella
la fuente de su vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Vendrán numerosos pueblos a buscar al Señor en Jerusalén.]
Del libro del profeta Zacarías 8, 20-23
Esto dice el Señor de los ejércitos: “Vendrán pueblos y
habitantes de muchas ciudades. Y los habitantes de una ciudad
irán a ver a los de la otra y les dirán: ‘Vayamos a orar ante el Señor
y a implorar la ayuda del Señor de los ejércitos’. ‘Yo también
voy’. Y vendrán numerosos pueblos y naciones poderosas a orar
ante el Señor Dios en Jerusalén y a implorar su protección”.
Esto dice el Señor de los ejércitos: “En aquellos días, diez
hombres de cada lengua extranjera tomarán por el borde del manto
a un judío y le dirán: ‘Queremos ir contigo, pues hemos oído decir
que Dios está con ustedes’ “. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 86
R. Dios está con nosotros.
Jerusalén gloriosa, el Señor ha puesto en ti su templo. Tú eres
más querida para Dios que todos los santuarios de Israel. R.
De ti, Jerusalén, ciudad del Señor, se dirán maravillas. Egipto
y Babilonia adorarán al Señor; los filisteos, con Tiro y Etiopía,
serán como tus hijos. R.
Y de ti, Jerusalén, afirmarán: ‘’Todos los pueblos han nacido
en ti y el Altísimo es tu fortaleza”. R.
El Señor registrará en el libro de la vida a cada pueblo,
convertido en ciudadano tuyo; y todos los pueblos te cantarán,
bailando: “Tú eres la fuente de nuestra salvación”. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mc 10, 45
R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo vino a servir y a dar su vida por la salvación de
todos. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Jesús tomó la firme determinación de ir a Jerusalén.]
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 51-56
Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de
este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender
el viaje a Jerusalén. Envió mensajeros por delante y ellos fueron
a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los
samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que iba a
Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan
le dijeron: “Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo
para que acabe con ellos?”
Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se
fueron a otra aldea. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Inicia ahora una nueva sección
del evangelio de san Lucas, en la que se aparta muy
claramente de san Marcos. Se trata del «gran viaje»
que concluirá en la ciudad santa de Jerusalén, con
su muerte ignominiosa. Ya desde ahora ésta es
esbozada como la puntual realización de los designios
divinos. Sintiendo ya próximo el cumplimiento de su
muy particular misión, Jesús abandona decidido y
definitivamente la Galilea. En ese momento crucial
resplandece su bondad al mostrar –en pleno contraste
con algunos de los suyos– una generosa tolerancia
hacia los samaritanos, que lo rechazan.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que, meditando tu palabra, a ejemplo de
san Jerónimo, te ofrezcamos con mayor fervor el sacrificio de la
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jer 15, 16
Siempre que oí tus palabras, Señor, las acepté con gusto; tus
palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que los sagrados dones que acabamos de recibir en la
celebración gozosa de san Jerónimo, inflamen los corazones de
tus fieles, para que, atentos a la enseñanza de la Sagrada Escritura,
conozcamos lo que debemos seguir y, siguiéndolo, lleguemos a
la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.