14 domingo
Blanco
III DOMINGO DE PASCUA
MR p. 355 [360] / Lecc. I p. 215. LH Semana III del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 65, 1-2
Aclama a Dios, tierra entera. Canten todos un himno a su
nombre, denle gracias y alábenlo. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que tu pueblo se regocije siempre al verse
renovado y rejuvenecido, para que, al alegrarse hoy por haber
recobrado la dignidad de su adopción filial, aguarde seguro con
gozosa esperanza el día de la resurrección. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Ustedes dieron muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó
de entre los muertos.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 3. 13-15. 17-19
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "El Dios
de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres,
ha glorificado a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a
Pilato, y a quien rechazaron en su presencia, cuando él ya había
decidido ponerlo en libertad. Rechazaron al santo, al justo, y
pidieron el indulto de un asesino; han dado muerte al autor de
la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos y de ello
nosotros somos testigos.
Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obrado por
ignorancia, de la misma manera que sus jefes; pero Dios cumplió
así lo que había predicho por boca de los profetas: que su Mesías
tenía que padecer. Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse
para que se les perdonen sus pecados". Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 4, 2. 4. 7, 9
R. En ti, Señor, confío. Aleluya.
Tú que conoces lo justo de mi causa, Señor, responde a
mi clamor. Tú que me has sacado con bien de mis angustias,
apiádate y escucha mi oración. R.
Admirable en bondad ha sido el Señor para conmigo, y
siempre que lo invoco me ha escuchado; por eso en él confío. R.
En paz, Señor, me acuesto y duermo en paz, pues sólo tú,
Señor, eres mi tranquilidad. R.
SEGUNDA LECTURA
[Cristo es la víctima de propiciación por nuestros pecados y por
los del mundo entero.]
De la primera carta del apóstol san Juan 2, 1-5a
Hijitos míos: Les escribo esto para que no pequen. Pero, si
alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo,
el justo. Porque él se ofreció como víctima de expiación por
nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del
mundo entero.
En esto tenemos una prueba de que conocemos a Dios: en que
cumplimos sus mandamientos. Quien dice: "Yo lo conozco",
pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad
no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de
Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en esto conocemos
que estamos unidos a él. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 24, 32
R. Aleluya, aleluya.
Señor Jesús, haz que comprendamos la Sagrada Escritura.
Enciende nuestro corazón mientras nos hablas. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Está escrito que Cristo tenía que padecer y tenía que resucitar
de entre los muertos al tercer día.]
Del santo Evangelio según san Lucas 24, 35-48
Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron
al sitio donde estaban reunidos los apóstoles, les contaron
lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido
a Jesús al partir el pan.
Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en
medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Ellos,
desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero
él les dijo: "No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué
surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy
yo en persona. Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene
ni carne ni huesos, como ven que tengo yo". Y les mostró las
manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de
pura alegría y seguían atónitos, les dijo: "¿Tienen aquí algo de
comer?" Le ofrecieron un trozo de pescado asado; él lo tomó y
se puso a comer delante de ellos.
Después les dijo: "Lo que ha sucedido es aquello de que
les hablaba yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que
cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés,
en los profetas y en los salmos".
Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran
las Escrituras y les dijo: "Está escrito que el Mesías tenía que
padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día,
y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones,
comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para
el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto". Palabra
del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Invoquemos a Cristo, triunfador del pecado y de
la muerte, que siempre intercede por nosotros y
digámosle con fe: Rey de la gloria, resucítanos contigo.
R. Rey de la gloria, resucítanos contigo.
1. Para que Cristo atraiga hacia sí el corazón de
todos los fieles y fortalezca sus voluntades, de manera
que busquen los bienes de allá arriba, donde Él está
sentado a la derecha de Dios, roguemos al Señor.
2. Para que Cristo haga que todos los pueblos gocen
abundantemente de la paz que en sus apariciones Él
otorgó a sus discípulos, roguemos al Señor.
3. Para que Cristo se compadezca de los débiles y
oprimidos y aleje del mundo el hambre, las guerras y
todos los males, roguemos al Señor.
4. Para que Cristo salve y bendiga a nuestra
comunidad, y nos conceda la paz, la alegría y el
descanso a los que hoy nos hemos reunido aquí para
celebrar su triunfo, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que en este día has reunido a tu Iglesia
que peregrina por el mundo, escucha nuestra oración
y abre nuestros corazones, para que entendamos las
Escrituras y reconozcamos a tu Hijo al partir el pan.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que, jubilosa, tu Iglesia te presenta,
y puesto que es a ti a quien debe su alegría, concédele también
disfrutar de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua, pp. 499-503 [500-504].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 24, 46-47
Era necesario que Cristo padeciera y resucitara de entre los
muertos al tercer día y que, en su nombre, se predicara a todos
los pueblos el arrepentimiento para el perdón de los pecados.
Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al que
te has dignado renovar con estos misterios de vida eterna, y
concédele llegar un día a la gloria incorruptible de la resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 595 [603].
ACTIVIDAD DIOCESANA
Visita al Santuario de los Mártires:
Decanato de San José del Castillo.