16 jueves
Verde / Blanco
Feria o
Misa de la Sagrada Eucaristía
MR p. 1119 [1164] / Lecc. I p. 494
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 77, 23-25
Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre
ellos el maná para que lo comieran; les dio un trigo celeste, y el
hombre comió pan de ángeles.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que llevaste a cabo la obra de la redención
humana por el misterio pascual de tu Unigénito, concede, benigno,
que quienes anunciamos llenos de fe por medio de los signos
sacramentales, su muerte y resurrección, experimentemos un
continuo aumento de tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Anímense mutuamente mientras dura este “hoy”.]
De la carta a los hebreos 3, 7-14
Hermanos: Oigamos lo que dice el Espíritu Santo en
un salmo: Ojalá escuchen ustedes la voz del Señor, hoy. No
endurezcan su corazón, como el día de la rebelión y el de la
prueba en el desierto, cuando sus padres me pusieron a prueba y
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras durante cuarenta
años. Por eso me indigné contra aquella generación y dije: “Es un
pueblo de corazón extraviado, que no ha conocido mis caminos”.
Por eso juré en mi cólera que no entrarían en mi descanso.
Procuren, hermanos, que ninguno de ustedes tenga un
corazón malo, que se aparte del Dios vivo por no creer en él. Más
bien anímense mutuamente cada día, mientras dura este “hoy”,
para que ninguno de ustedes, seducido por el pecado, endurezca
su corazón; pues si nos ha sido dado el participar de Cristo, es
a condición de que mantengamos hasta el fin nuestra firmeza
inicial. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 94, 6-7. 8-9. 10-11
R. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos
al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros,
su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No
endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el
desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían
visto mis obras. R.
Durante cuarenta años sentí hastío de esta generación.
Entonces dije: ‘Este es un pueblo de corazón extraviado que
no ha conocido mis caminos’. Por eso juré, lleno de cólera,
que no entrarían en mi descanso”. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 4, 23
R. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba toda clase
de enfermedades en el pueblo. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Se le quitó la lepra y quedó limpio.]
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45
En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para
suplicarle de rodillas: “¡Si tú quieres, puedes curarme”. Jesús se
compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: “¡Sí
quiero: sana!” Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio.
Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad: “No se lo
cuentes a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote
y ofrece por tu purificación lo prescrito por Moisés”.
Pero aquel hombre comenzó a divulgar tanto el hecho,
que Jesús no podía ya entrar abiertamente en la ciudad, sino que
se quedaba fuera, en lugares solitarios, a donde acudían a él de
todas partes. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Entre todas las enfermedades
en tiempos de Jesús, la lepra era una de las más
devastadoras, pues se interpretaba como signo
evidente del pecado. Ella hacía del enfermo un
«impuro», un marginado social y religiosamente. Jesús
El Señor –sin preocuparse de las prescripciones de
la Ley mosaica– toca con su mano al leproso y lo
sana. Tal afortunado encuentro pone en contraste la
mezquindad de los prejuicios con la libertad de Alguien
que, no buscando ningún género de reconocimiento,
no duda en ordenarle con severidad: «No se lo cuentes
a nadie».
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación,
imploramos humildemente tu clemencia, a fin de que este
sacramento de amor sea para nosotros signo de unidad y vínculo
de caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 51-52
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor.
El que coma de este pan vivirá eternamente. Y el pan que yo les
voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que la participación en este banquete celestial
nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la
Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna. Él,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
ACTIVIDAD DIOCESANA
Jubileo circular: Jueves 16, Viernes 17 y Sábado 18: San
Juan Bautista (Mexicaltzingo), Ntra. Sra. de Aranzazú, Ntra.
Sra. de Huentitán, Ntra. Sra. de Guadalupe (Unidad Arandas),
La Divina Providencia (Arroyo Hondo), Señor de la Misericordia
(Ocotlán), El Remolino, San Pedro de Ruiz.