23 sábado
Morado
FERIA DE CUARESMA
o SAN TORIBIO DE MOGROVEJO, Obispo
sólo Conmemoración
MR p. 238 [256] y 722 [710] / Lecc. I p. 799
Una de las personas que más ha contribuido a la propagación
de la Iglesia en la America Latina es Toribio de Mogrovejo
(1538-1606). Desde que llegó a Lima con el título de arzobispo,
realizó innumerables viajes pastorales, durante los cuales fundó
hospitales y seminarios, construyó templos y celebró sinodos.
Viajaba siempre a pie, sin interrumpir sus ayunos y oraciones.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 21, 20. 7
Tú, Señor, no te quedes lejos; fuerza mía, ven aprisa a
ayudarme; pues yo soy un gusano, no un hombre, despreciado
por la gente y rechazado por el pueblo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has hecho crecer a tu Iglesia por los cuidados
apostólicos y el celo por la verdad del santo obispo Toribio de
Mogrovejo, concede también al pueblo a ti consagrado crecer
constantemente en la fe y renovarse en la santidad. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Haré de ellos un solo pueblo.]
Del libro del profeta Ezequiel 37, 21-28
Esto dice el Señor Dios: “Voy a recoger de las naciones
a donde emigraron, a todos los israelitas; de todas partes los
congregaré para llevarlos a su tierra. Haré de ellos un solo
pueblo en mi tierra, en los montes de Israel; habrá un solo rey
para todos ellos y nunca más volverán a ser dos naciones, ni a
dividirse en dos reinos.
Ya no volverán a mancharse con sus ídolos, sus abominaciones
y con todas sus iniquidades; yo los salvaré de las infidelidades
que cometieron y los purificaré; ellos van a ser mi pueblo y yo
voy a ser su Dios.
Mi siervo David será su rey y todos ellos no tendrán más que
un pastor; cumplirán mis mandamientos y pondrán por obra mis
preceptos. Habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob y en la que
habitaron los padres de ustedes, y ahí vivirán para siempre ellos,
sus hijos y sus nietos; mi siervo David será su rey para siempre.
Voy a hacer con ellos una alianza eterna de paz. Los asentaré,
los haré crecer y pondré mi santuario entre ellos para siempre.
En medio de ellos estará mi templo: yo voy a ser su Dios y ellos
van a ser mi pueblo.
Las naciones sabrán que yo soy el Señor que santifica a Israel,
cuando vean mi santuario en medio de ellos para siempre”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Jer 31, 10. 11-12ab. 13
R. El Señor cuidará a su pueblo como un pastor a su rebaño.
Escuchen, pueblos, la palabra del Señor, anúncienla aun en
las islas más remotas: “El que dispersó a Israel lo reunirá y lo
cuidará como el pastor a su rebaño”. R.
Porque el Señor redimió a Jacob y lo rescató de las manos
del poderoso. Ellos vendrán para aclamarlo al monte Sión y
vendrán a gozar de los bienes del Señor. R.
Entonces se alegrarán las jóvenes, danzando; se sentirán
felices jóvenes y viejos, porque yo convertiré su tristeza en
alegría, los llenaré de gozo y aliviaré sus penas. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Ez 18, 31
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y
su espíritu, dice el Señor. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Jesús debía morir para congregar a los hijos de Dios, que
estaban dispersos.]
Del santo Evangelio según san Juan 11, 45-56
En aquel tiempo, muchos de los judíos que habían ido a
casa de Marta y María, al ver que Jesús había resucitado a
Lázaro, creyeron en él. Pero algunos de entre ellos fueron a ver
a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.
Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron al
sanedrín y decían: “¿Qué será bueno hacer? Ese hombre está
haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir así, todos
van a creer en él, van a venir los romanos y destruirán nuestro
templo y nuestra nación”.
Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era sumo sacerdote
aquel año, les dijo: “Ustedes no saben nada. No comprenden
que conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no
que toda la nación perezca”. Sin embargo, esto no lo dijo por
sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote aquel año, profetizó
que Jesús iba a morir por la nación, y no sólo por la nación,
sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios,
que estaban dispersos. Por lo tanto, desde aquel día tomaron la
decisión de matarlo.
Por esta razón, Jesús ya no andaba públicamente entre los
judíos, sino que se retiró a la ciudad de Efraín, en la región
contigua al desierto y allí se quedó con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las regiones
circunvecinas llegaron a Jerusalén antes de la Pascua, para
purificarse. Buscaban a Jesús en el templo y se decían unos a
otros: “¿Qué pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?”. Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN: El ideal mesiánico de las profecías
que provenían de tiempos muy antiguos, sólo llegaría
a realizarse plenamente en Cristo, el Buen Pastor,
nacido del linaje de David. Él aparece ahora como
blanco del odio de los jefes judíos. Ellos creen ya
insostenible la situación que Jesús está creando,
con la consiguiente inseguridad política. Su muerte
redentora va a ser, sin embargo, muy fecunda, como
–sin darse cuenta– profetizó Caifás. Lo insospechable
aquí es que Él morirá no sólo por la nación judía,
sino también para reunir «a todos los hijos de Dios,
dispersos por el pecado» (Jn 11, 52).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sea aceptable, Señor, la ofrenda de nuestro ayuno,
para que, purificados, nos haga dignos de tu gracia y nos lleve
a participar de los bienes prometidos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 11, 52
Cristo fue entregado a la muerte, para congregar en la unidad
a los hijos de Dios, que estaban dispersos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, suplicamos a tu majestad que así como nos nutres con
el sagrado alimento del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, nos
hagas participar de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Ten misericordia, Señor, de tu Iglesia suplicante y mira
compasivo a quienes se inclinan de corazón ante ti, para que no
permitas que los que redimiste con la muerte de tu Unigénito,
queden expuestos al pecado ni consientas que los opriman las
adversidades. Por Jesucristo, nuestro Señor.