18 jueves
Blanco
FERIA DE PASCUA
MR p. 360 [365] / Lecc. I p 892
ANTIFONA DE ENTRADA Cfr. Éx 15, 1-2
Cantemos al Señor, pues su victoria es grande. Mi fortaleza y
mi alabanza es el Señor, él es mi salvación. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, concédenos aprovechar bien los
dones de tu bondad en estos días en que, por gracia tuya, la
hemos experimentado más plenamente, para que, libres de las
tinieblas del error, nos hagas estar adheridos firmemente a tu
verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Aquí hay agua. ¿Hay alguna dificultad para que me bautices?]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 8, 26-40
En aquellos días, un ángel del Señor le dijo a Felipe:
“Levántate y toma el camino del sur, que va de Jerusalén a Gaza
y que es poco transitado”. Felipe se puso en camino. Y sucedió
que un etíope, alto funcionario de Candaces, reina de Etiopía, y
administrador de sus tesoros, que había venido a Jerusalén para
adorar a Dios, regresaba en su carro, leyendo al profeta Isaías.
Entonces el Espíritu le dijo a Felipe: “Acércate y camina
junto a ese carro”. Corrió Felipe, y oyendo que el hombre leía al
profeta Isaías, le preguntó: “¿Entiendes lo que estás leyendo?” Él
le contestó: “¿Cómo voy a entenderlo, si nadie me lo explica?”
Entonces invitó a Felipe a subir y a sentarse junto a él.
El pasaje de la Escritura que estaba leyendo, era éste: Como
oveja fue llevado a la muerte; como cordero que no se queja frente
al que lo trasquila, así él no abrió la boca. En su humillación
no se le hizo justicia. ¿Quién podrá hablar de su descendencia,
puesto que su vida ha sido arrancada de la tierra’?
El etíope le preguntó a Felipe: “Dime, por favor: ¿De quién
dice esto el profeta, de sí mismo o de otro?” Felipe comenzó a
hablarle y partiendo de aquel pasaje, le anunció el Evangelio
de Jesús. Siguieron adelante, llegaron a un sitio donde había
agua y dijo el etíope: “Aquí hay agua. ¿Hay alguna dificultad
para que me bautices?” Felipe le contestó: “Ninguna, si crees de
todo corazón”. Respondió el etíope: “Creo que Jesús es el Hijo
de Dios”. Mandó parar el carro, bajaron los dos al agua y Felipe
lo bautizó.
Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a
Felipe. El etíope ya no lo vio más y prosiguió su viaje, lleno de
alegría. En cuanto a Felipe, se encontró en la ciudad de Azoto y
evangelizaba los poblados que encontraba a su paso, hasta que
llegó a Cesarea. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 65, 8-9. 16-17. 20
R. Tu salvación, Señor, es para todos. Aleluya.
Naciones, bendigan a nuestro Dios, hagan resonar sus
alabanzas, porque él nos ha devuelto la vida y no dejó que
tropezaran nuestros pies. R.
Cuantos temen a Dios, vengan y escuchen, y les diré lo que
ha hecho por mí; a él dirigí mis oraciones y mi lengua le cantó
alabanzas. R.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su
gracia. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 6, 51
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el
que coma de este pan vivirá para siempre. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo.]
Del santo Evangelio según san Juan 6, 44-51
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Nadie puede
venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a
ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas:
Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al
Padre y aprende de él, se acerca a mí. No es que alguien haya
visto al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ese sí ha
visto al Padre.
Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el
pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin
embargo, murieron. Este es el pan que ha bajado del cielo para
que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado
del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan
que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Este pasaje evangélico nos habla, en
primer lugar, del origen de la fe en Cristo y, en seguida,
de la «persona» misma de Jesús. Él se autorevela una vez
más como ese misterioso pero real «Pan vivo bajado del
cielo». Un privilegiado manjar que comunica su misma
vida divina a quien lo recibe. Al misterio de su persona
no se puede acceder sino desde la «fe», que es don de
Dios. Quien responde oportuna y adecuadamente a la
«atracción» del Padre ya tiene la vida eterna, anticipada
precisamente en el «Nuevo Maná», muy superior al
maná del desierto (Cfr. Ex 16, 22).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos
hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos
que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera
vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 2 Cor 5, 15
Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para
sí mismos, sino para él, que murió y resucitó por ellos. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste
alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su
antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ACTIVIDAD DIOCESANA
Jubileo Circular: Jueves 18, Viernes 19 y Sábado
20: María Reina del Palomar, La Santa Cruz (Col.
El Campesino), San Maximiliano María Kolbe (Las
Juntas), El Señor del Encino, Ntra. Sra. de la Caridad
del Cobre, María Auxiliadora (Tlaquepaque), Santiago
Apóstol (Ameca), San José Casas Caídas.