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La restauración de la imagen original de Nuestra Señora de Zapopan

Pbro. José Antonio Larios Suárez[1]

 

Esta colaboración da cuenta de las vicisitudes físicas

de la imagen patrona de la arquidiócesis de

Guadalajara, y también nos informa del

reciente proceso de restauración.

 

Una imagen de culto itinerante

 

La imagen de Nuestra Señora de Zapopan ha sido por la Providencia de Dios, una imagen itinerante. Ya desde su confección, el apóstol de la Nueva Galicia, fray Antonio de Segovia, pidió a los indígenas tarascos de Michoacán una imagen que representara a la Inmaculada Concepción, una escultura pequeña y fácil de transportar; así se realizó, con una altura de 34 centímetros y un peso de 268 gramos, en pasta de caña de maíz.

De 1530 a 1540, el dinámico padre Segovia recorrió todo el occidente mexicano en sus cuatro puntos cardinales, con el crucifijo y esta imagen de la Virgen, levantando ermitas y mínimos conventos, con primitivos hospitales, enfermerías, escuelas y talleres.

Después de la experiencia de salvación que nuestros antepasados experimentaron en el cerro del Mixtón (1541) con la presencia de esta bendita imagen, la pequeña escultura que representa a la Madre de Dios pasó a Tetlán por un tiempo hasta quedarse definitivamente en Zapopan, pero no por mucho tiempo fija, ya que en 1609 el derrumbe de su primitivo templo provocó que los indígenas llevaran esta portentosa imagen por el extenso obispado divulgando su devoción en demanda de limosna.

En 1690 tenemos documentada la primera visita de la imagen de la Virgen a Guadalajara con motivo de una oleada de temblores. En otros años visitó de nuevo la ciudad, en 1721 fue traída de nuevo con motivo de una epidemia, en la cual el mismo obispo Manuel de Mimbela murió, antes tuvo la gracia de recibir la imagen de la Virgen en su lecho, recobrando el conocimiento y pudiendo recibir los sacramentos.

A partir de 1734, que es jurada “Patrona de la ciudad episcopal contra rayos, tempestades y epidemias”, sus visitas a Guadalajara han sido ininterrumpidas, aunque en múltiples y creativas modalidades debido a los episodios históricos tan delicados como el triunfo de los liberales, la guerra de los tres años, las leyes de reforma, la revolución y la persecución religiosa.

Fue la comunidad católica que, por casi un siglo de vicisitudes, mantuvo contra viento y marea esta tradición que está por cumplir los tres siglos.

 

Peligros y accidentes de una imagen itinerante y sin protección alguna

 

En toda esta itinerancia de siglos de la imagen, fue hasta 1989 que por mandato del señor cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, la imagen original dejó de peregrinar a las comunidades, para su mejor resguardo y en su lugar las imágenes peregrinas hacen este movimiento, no solo a Guadalajara, pues desde que el mismo arzobispo la nombró patrona de la Arquidiócesis, sus visitas fueron ampliándose mucho más allá de la ciudad, de la zona metropolitana y del estado mismo.

Cabe resaltar que, durante todos estos siglos de culto itinerante y continuo, nunca se protegió la imagen en un nicho o capelo, ante ella ardían las ceras y los inciensos sin protección alguna.

Hacia 1640 le hicieron a la escultura sacra un rebaje cerca de su hombro con la finalidad de revestirla; para esta época, recordemos que se empieza a ataviar la imagen a la usanza de las vírgenes españolas; la hermana del segundo párroco de Zapopan, don Diego de Herrera, era la encargada de revestir dicha imagen. Cuando la imagen se revestía, durante siglos, se colocaban las cabelleras y mantos con alfileres o tachuelas que se incrustaban directamente a la imagen. Es hacia 1750 que se coloca la imagen en un medio vaso de plata que más o menos la protegía para los atavíos, traslados y demás necesidades.

En 1934, en el templo del Pilar, fruto de una revuelta que se suscitó, la imagen cayó desde su altar, quedado entre las flores y sirviendo éstas para amortiguar el golpe. Por ello en 1935 el cardenal Garibi Rivera en comunión con los friales franciscanos, colocó la venerada imagen en un vaso de plata completo, donde solo asoma el óvalo de su cara y las manos; este vaso tiene forma de túnica o vestido, con mucha belleza y decoro recubre y protege la imagen. La pieza de orfebrería fue manufacturada por el gran orfebre Manuel Peregrina.

Por el año de 1943, en las fiestas del 18 de diciembre, un dosel de los altares de la Basílica de Zapopan, donde se colocaba durante las peregrinaciones internas, cayó encima de la imagen.

Fue hasta 1945 que se colocó la imagen para sus traslados en un capelo de cristal, el cual fue muy pesado y de difícil transportación. En la llevada de la Virgen de 1949 se usó por primera vez el capelo de acrílico y en las visitas a la ciudad de 1950 se inició su uso formal hasta nuestros días.

Durante siglos, la imagen nunca fue restaurada de manera oficial y profesional, lo que no la exentó de repintes o intervenciones recurrentes de buena voluntad, pero carentes de profesionalismo. Obviamente, en épocas pasadas no se tenía ni la conciencia de lo que implicaba una intervención a esta imagen, ni los medios que ahora la ciencia nos ofrece, junto con las instituciones competentes.

 

Primera restauración profesional

 

La idea de la restauración surgió en 1991, cuando los frailes franciscanos pudieron ver una serie de videos y fotografías de excelente calidad realizados por el diario El Informador de Guadalajara, allí, observaron el deterioro que presentaba el cuello y rostro de la imagen.

En noviembre de 1991, en el capítulo conventual, los frailes plantearon la necesidad de hacer un reconocimiento actual del estado de la imagen; se nombró una comisión conventual, los nombrados fueron: fray Benjamín Orozco, fray Eduardo Fernández, fray Rogelio Guillen, fray Dagoberto Bolaños y fray Leonardo Sánchez.

Esta comisión conventual informó al señor cardenal Posadas sobre el tema y convocó peritos para la inspección de la imagen que se efectuó el 9 de diciembre de 1991 a las 21:15 horas en el camarín de la Virgen. Fueron convocados cuatro peritos restauradores, dos mujeres y dos hombres; como invitados de honor, se hicieron presentes el presidente municipal de Zapopan, Lic. Nicolás Orozco Ramírez y su esposa, varios técnicos en televisión de El Informador y un reportero gráfico de este mismo diario (el señor Guillermo Guzmán). Por supuesto, también estuvieron presentes los frailes integrantes de la comisión conventual y el rector de la Basílica fray Guillermo Jiménez.

Tras la revisión de la imagen, la comisión conventual informó al señor Posadas, el cual respondió: “Hay que hacer la restauración cuanto antes, y hacerlo con la formalidad que el caso requiere y amerita. Expongan el proyecto por escrito, y hagan la petición formalmente, también por escrito y debidamente firmada por los miembros de la comisión conventual”.

La solicitud formal está fechada el 3 de abril de 1992. Los frailes franciscanos afirman: “La respuesta del señor cardenal fue pronta, casi inmediata, pero nosotros tardamos en recogerla; cuando lo hicimos, se le puso fecha del 15 de agosto”.

En la carta, el arzobispo manifestó que con gran entusiasmo daba su aprobación en favor de la restauración de la Patrona de la arquidiócesis, en el texto anexó recomendaciones muy prudentes y precisas; el cardenal Posadas nombró la comisión diocesana pidiendo que trabajara muy a la par con la comisión conventual, actualizándose de toda la información, apoyando, sugiriendo, observando el proceso en todo momento.

En el punto 6 de los 8 que tiene el documento firmado por el cardenal dice en cuanto a la comisión: “Que la comisión responsable esté integrada por el padre guardián del convento y los hermanos nombrados por el capítulo conventual, por una parte, y por parte del arzobispado los presbíteros Rafael Uribe, Armando Gonzáles Escoto, Agustín Soltero y Salvador García Radillo.”

El 28 de octubre a las 12 horas, en la sala definitorial del convento, todos los integrantes de la comisión conventual y diocesana, junto con el escultor y restaurador escogido para el proyecto, Juan José Méndez Hernández, observaron la imagen, escucharon el diagnóstico, intervinieron con comentarios, preguntas y opiniones que enriquecieron y fueron de gran provecho para la ejecución de la restauración.

El 29 de octubre inició propiamente la restauración en la sala definitorial que sirvió de improvisado taller. El 11 de noviembre a las 10:15 de la mañana, llegó el cardenal Posadas, acompañado del Pbro. Rafael Uribe, presidente de la comisión diocesana de arte sacro; fueron recibidos por el padre guardián y el rector de la Basílica: fray Benjamín Orozco y fray Guillermo Jiménez. Al entrar, el señor arzobispo, fijó de inmediato sus ojos en la sagrada imagen, se acercó a ella, preguntó si la podía tocar, al responderle que por supuesto, la tomó con sumo cuidado y veneración en sus manos e invitó a los presentes a rezar la Salve, oró en silencio unos minutos, depósito la imagen donde la había tomado y se dispuso a escuchar con interés toda la información que había respecto a la restauración; fue hasta las 11:50 que el prelado abandonó el taller provisional de la restauración.

El 1 de diciembre a las 12:10 se presentó la imagen ya restaurada. Estuvieron presentes el vicario provincial fray Rubén Fuentes Miranda, el rector de la Basílica fray Guillermo Jiménez, el señor don Jorge Álvarez del Castillo (director de El Informador), el Lic. Jorge Humberto Chavira (presidente municipal de Zapopan). Por parte de los medios de comunicación fueron invitados el señor J. Jesús Parada Tovar, los jóvenes técnicos del mencionado diario y el reportero Guillermo Guzmán.

Delante de la imagen de la Virgen se realizó un acto mariano, el padre Armando González Escoto inició el rezo del Angelus, fray Maximiliano Magdaleno proclamó el evangelio de la visitación, el padre guardián de la Basílica dirigió la reflexión, se prosiguió a la oración de los fieles encabezada por monseñor José Guadalupe Octavio Martín Rábago, obispo auxiliar de Guadalajara y se concluyó el acto mariano con el canto de la Tota Pulchra y con otra oración dirigida por monseñor Martín Rábago.

El maestro Juan José Méndez hizo entrega de su trabajo, explico el proceso, fue felicitado por monseñor Martín Rábago. Se colocó en el interior de la base de la imagen el pergamino con las firmas del obispo auxiliar y los miembros de las comisiones de la restauración; antes de ser colocada la imagen en el vaso de plata, el señor obispo impartió la bendición con la taumaturga imagen.

Fray Rogelio Guillén y los maestros Juan José Méndez y Carlos Camarena (el orfebre que dio mantenimiento al vaso de plata mientras la imagen no se encontraba en él) colocaron la sagrada imagen en su vaso de plata, operación que se llevó veinte minutos. Colocada en su vaso, todos aplaudieron y cantando a una voz “mientras recorres la vida…”, la imagen fue retirada en solemne procesión.  

 

Segunda restauración profesional

 

El 7 de diciembre de 2024, los frailes franciscanos (de manera especial los sacristanes, el rector y el guardián de la Basílica), al hacer el cambio de ajuar de la imagen de la Virgen para las solemnidades de la Expectación, se percataron de un daño muy evidente: la simple percepción reportaba un desprendimiento de la capa superior de la mano de la imagen.

Informaron al arzobispo del Guadalajara, el cardenal José Francisco Robles Ortega, y obtuvieron de él el permiso para abrir el vaso de plata, revisar la imagen con ayuda de un profesional y posteriormente, obtener del arzobispo el permiso no solo para la revisión, sino para la intervención profesional de la imagen.

El domingo 9 de marzo, se avisó en todas las misas de la Basílica de Zapopan, que la imagen original de la Virgen, a partir del lunes 10 de marzo ya no estaría en su trono, por el lapso de tres semanas, con motivo de un proceso de restauración. Así mismo, se publicó en las redes sociales de la Basílica el documento emanado del INAH con el número de permiso, encargado de la obra de restauración, tiempo y lugar del proceso.

El tiempo era de tres semanas, el lugar el convento franciscano de la Basílica, el encargado de la obra el Lic. Rigoberto Sánchez Becerra.

El domingo 9 de marzo, después de la misa de las 21:00, reunidos todos los moradores del convento franciscano se procedió a descender la imagen del trono, el descenso lo realizó fray Miguel Alonso Chávez, guardián de la Basílica, se colocó sobre el altar de la Basílica, allí mismo, fray Ramón Villalpando Estrella, sacristán mayor y fray Ricardo Ortega Ruíz, sacristán auxiliar, procedieron a retirar las insignias y el ajuar de la sagrada imagen, se celebró un pequeño acto litúrgico y fue conducida de nuevo por fray Miguel Alonso a la alcoba real o cuarto de la Virgen, dentro del convento.

El lunes 10 de marzo a las 17:00 se abrió el vaso de plata que resguarda la sagrada imagen: la extracción del vaso fue ante los ojos de los siguientes frailes:

§  Fray Ángel Gabino Gutiérrez (ministro provincial).

§  Fray Evencio Herrera Díaz, (vicario provincial).

Y el comité de observación de la restauración:

§  Fray Miguel Angel Alonso Chávez (guardián de Basílica)

§  Fray Roberto Ibarra Guerrero (rector de Basílica)

§  Fray Juan Rubio Mendoza (maestro de filósofos)

§  Fray Ramón Villalpando Estrella (sacristán mayor)

§  Fray Raúl Robledo Delgadillo (cronista y actuario)

§  Fray Arnulfo Muñoz Ramos (medios de comunicación)

§  Fray Roberto Cabrera Catache (miembro de fraternidad)

§  Fray Ricardo Ortega Ruiz (sacristán auxiliar).

 

Invitación a un equipo representativo e interdisciplinario de las distintas áreas del gobierno y de la Iglesia

 

El miércoles 12 de marzo fray Roberto Ibarra Guerrero, rector de la Basílica, invitó a un servidor, el padre José Antonio Larios Suárez de la Sección Diocesana de Educación y Cultura, para platicar varios asuntos de trabajo en común entre la diócesis y la provincia franciscana en torno a la Virgen de Zapopan; allí mismo se tocó el punto de la restauración, se me informó el avance del proceso, lo que se pretendía y finalmente me invitó para que el viernes 14 de marzo asistiera a la reunión conjunta donde se darían detalles de la restauración y se establecería una mesa de diálogo donde los participantes pudieran escuchar, aportar, enriquecerse y participar de alguna manera en la toma de decisiones. A esta reunión fue convocado también el director del Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara, Pbro. José Manuel Gutiérrez Alvizo y el Pbro. Armando González Escoto, cronista de la ciudad.

El viernes 14 de marzo, en el convento franciscano, en punto de las 11:00 inició la reunión que duró un par de horas, para explicar los hallazgos de la imagen, el proyecto y proceso de restauración.

A la reunión, por invitación de la Provincia franciscana, se dieron cita las siguientes personas:

§  Lic. Rigoberto Sánchez Becerra, (restaurador de la imagen).

§  Marisol Languren Hernández (secretaria técnica del consejo de la salvaguarda de la romería)

§  Julio César Herrera Osuna (director de planeación vinculación y desarrollo sectorial de la Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco).

§  Cristopher de Alba Anguiano (director de cultura de Zapopan).

§  Michel Fletes Rubio (oficina de prensa de la Arquidiócesis de Guadalajara).

§  Fray Ángel Gabino Gutiérrez Martínez (ministro provincial).

§  Fray Roberto Ibarra Guerrero (rector de la Basílica).

§  Fray Raúl Robledo (cronista del archivo histórico franciscano y actuario)

§  Fray Ramón Villalpando Estrella (sacristán mayor de la Basílica).

§  Fray Ricardo Ortega Ruiz (sacristán auxiliar).

§  Pbro. Armando González Escoto (cronista de la ciudad).

§  Pbro. José Manuel Gutiérrez Alvizo (Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara).

§  Pbro. José Antonio Larios Suárez (Sección Diocesana de Educación y Cultura).

Después de la exposición muy profesional y científica por parte del restaurador se escucharon los puntos de vista, opiniones e información valiosa aportada por cada quien desde su área.

Quedó muy claro que esto no se trataba de una renovación, sino de una restauración, no era  el objetivo cambiar el aspecto de la imagen sino darle los tratamientos necesarios para su mejor conservación y que aun cuando en otros siglos la imagen tuvo aspectos diferentes y que se fueron modificando por intervenciones no profesionales o al calor de usanzas propias de ciertas épocas, la gente deseaba ver la imagen tal y como este siglo la ha conocido, no como la habrían contemplado en los siglos XVII o XVIII.

El encuentro se cerró con la observación directa a la imagen original de la Virgen de Zapopan sin sus atavíos ni el vaso de plata que la protege.

Cabe resaltar, que la primera semana y hasta el día de la reunión conjunta, nada se le había intervenido a la imagen, solo se le hicieron todos los estudios y pruebas pertinentes para dar a conocer el diagnóstico y posibles tratamientos.

 

Rueda de prensa para informar sobre la restauración

 

La provincia franciscana, así como había convocado la reunión con el equipo interdisciplinario el 14 de marzo, convocaron el miércoles 26 de marzo una rueda de prensa para ofrecer información y transparencia a la feligresía a través de los múltiples medios de comunicación; allí el Lic. Rigoberto, restaurador de la imagen, expuso los hallazgos en la revisión de la imagen, el proceso y los tratamientos que se efectuaron en favor de la conservación de la imagen de ya casi cinco siglos de la Virgen de Zapopan, se dio el espacio para las preguntas y finalmente se mostró la imagen restaurada, la cual pudo ser captada en fotografías y videos para presentarlos al auditorio de cada medio de comunicación. La rueda de prensa fue presidida por las siguientes personas:

§  Fray Ángel Gabino Gutiérrez (ministro provincial).

§  Fray Roberto Ibarra Guerrero (rector de Basílica)

§  Fray Miguel Angel Alonso Chávez (guardián de Basílica)

§  Fray Raúl Robledo (cronista del archivo histórico franciscano)

§  Lic. Rigoberto Sánchez Becerra, (restaurador de la imagen).

Fray Ramón Villalpando Estrella (sacristán mayor), fue quien entró al refectorio franciscano, donde se llevó a cabo la rueda de prensa con la imagen de Nuestra Señora de Zapopan al finalizar el encuentro.

 

Análisis de la imagen y procedimiento que se requirió, explicado por el mismo restaurador

 

Esta imagen, al igual que cualquier obra de arte, está expuesta a los efectos del tiempo y a las condiciones ambientales: la humedad, la luz, el polvo y el contacto con las manos, que pueden deteriorar los materiales con los que está hecha.

Esta escultura de María es única, ya que está compuesta por materiales totalmente naturales, como la pasta de caña, esto también la hace más propensa al deterioro, por este motivo fue necesario asegurar y preservar su condición para muchos siglos más.

Antes que la imagen fuera protegida en su vaso de plata, era manipulada por las manos de quien tenía acceso a ella, esto mismo, generó daño y deterioro.

Las manos de las personas que la veneraban, la movían de lugar o la revestían alcanzaba a rozar algunas partes más específicas, tal es el caso desgaste evidente del zapato derecho, se encontraron algunos rayones, alfilerazos muy antiguos, de más de doscientos años; se encontró el color ya policromado, lo que revela que ya de antaño tuvo una intervención.

A pesar de que la imagen está mucho más protegida a partir de su colocación en el vaso de plata, actualmente sigue sufriendo las inclemencias del entorno, sobre todo en ciertas ocasiones, como la romería, donde se somete a un desgaste físico mayor que el resto del tiempo, por factores como el movimiento, las vibraciones y los cambios bruscos de temperatura, provocando grietas, desprendimientos de pintura y otros daños.

El registro completo de cada restauración que ha sufrido la imagen a lo largo de los años es difícil de saber, la razón principal es que muchos de los trabajos de conservación y restauración se han realizado de manera discreta, con el objetivo de mantener la imagen en óptimas condiciones para las celebraciones religiosas.

El restaurador precisó que en el rostro de la Virgen se podían percibir manchas oscuras, la gente pensaba que era parte de su colorimetría, al analizarla se descubrió que realmente son repintes (capa de pintura aplicada sobre otra pintura) que atravesó la imagen, y en esta intervención se retiraron para regresarle nuevamente su color original.

"Ella presentaba daños en el cuello por una fractura muy pretérita, pero se seguía reflejando que no se atendió y en este caso también fue intervenida. También se hicieron otras luces exploratorias como la luz de rayos x, donde pudimos conocer la integridad de la materialidad; esto reflejó que tiene una aguja al interior que le sirve de alma porque en ella se alcanza a ver una grieta, que sufrió en algún tiempo, provocando un desprendimiento de su cabeza", explicó el Lic. Rigoberto.

Los rayos X revelaron el estado de conservación real de la materialidad. Los trabajos de restauración incluyeron limpieza superficial y química, fijado de escamas, consolidación de la estructura escultórica y la aplicación de un barniz protector. Esto con una mínima intervención necesaria, compatibilidad de materiales y evitando recreaciones o desfiguros de la identidad y autenticidad del patrimonio.

Las restauraciones que se llevaron a cabo en la imagen de la Virgen de Zapopan fueron de carácter conservativo. Esto significa que el restaurador se centró en estabilizar la obra, reparar los daños existentes y protegerla para las futuras generaciones.

Fruto de la restauración, también se emitirán unos protocolos por parte del INAH para que la imagen se siga preservando de la mejor manera, estipulando la manera de conservar sus ropajes y cabelleras, protocolos al revestir la imagen, previsión de los momentos de veneración, etcétera, evitando que nadie la toque directamente, por lo que el sudor, la saliva, las bacterias y todos esos elementos desencadenan en una imagen que fue manufacturada cien por ciento con elementos naturales.

 

Presentación de la imagen al pueblo de Dios y ascenso a su trono

 

El lunes 31 de marzo, los moradores del convento franciscano, fueron hasta la alcoba real donde se encontraba la imagen de Nuestra Señora de Zapopan, que ya desde el sábado 29 de marzo estaba ataviada con sus ropajes e insignias; allí con un breve rito, entre velas, incienso, cantos y alabanzas la condujeron al exterior del convento, para que entrara por la puerta principal de la Basílica para dar inicio a la solemne misa de las ocho de la mañana. Fue fray Roberto Ibarra quien trasportó la bendita imagen, la cual fue colocada al pie del presbiterio, tras el comulgatorio de mármol, para poder ser apreciada y venerada más de cerca por sus fieles devotos.

Desde esa celebración y hasta la solemne misa de las doce, permaneció en ese sitio para ser venerada, contemplada y fotografiada por sus fieles devotos que hacía fila para verla tan de cerca unos instantes.

En punto de las doce, se inició la concelebración eucarística presidida por fray Ángel Gabino Gutiérrez (ministro provincial), concelebrada por fray Evencio Herrera Díaz (vicario provincial), fray Miguel Ángel Alonso Chávez (guardián de Basílica) y el Pbro. José Antonio Larios Suárez de la Sección Diocesana de Educación y Cultura, así como por otros miembros de las distintas casas de la Provincia franciscana de los santos Francisco y Santiago.

Al término de la homilía de fray Ángel Gabino, se procedió a subir la imagen de Nuestra Señora a su trono, no sin antes dar la solemne bendición con la taumaturga imagen. Quien la colocó en su trono fue fray Miguel Alonso; al tiempo que sucedía este rito el coro entonó solemnemente el himno que se compuso para la Virgen en el marco del centenario de su coronación y bicentenario de su generalato, en el año 2021, himno escrito por el Pbro. Cándido Ojeda y musicalizado por el maestro Héctor Salcedo Becerra, a petición del padre Antonio Larios, que encabezó los preparativos de las celebraciones centenarias en honor de la Reina y Madre de Jalisco.

Ya colocada sobre su peana de plata, la que el siervo de Dios Francisco Orozco y Jiménez mandó manufacturar con su propio dinero para la coronación pontificia de 1921, se cerró el trono y la solemne celebración eucarística tuvo su continuidad.

El corazón de los fieles se llenó de júbilo al apreciar a la Generala en su trono nuevamente, ahora sí se podía exclamar desde lo profundo del corazón: “En Zapopan Virgen santa, donde ostentas tu bondad, a cuantos la puerta tocan y con fe viva te invocan, les dispensas tu piedad”

 

 

 

 

 



[1] Diocesano de Guadalajara, ordenado en 2015. Participa en la Sección Diocesana de Educación y Cultura, y actualmente presta su servicio como vicario en la parroquia de los Sagrados Corazones de Jesús y María.



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