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A un hombre cuya vida y legado siguen dando frutos

233 años después de su partida:

Fray Antonio Alcalde

Francisco Xavier Orendain de Obeso[1]

 

El discurso que sigue, pronunciado en el contexto festivo del

ccxxxiii aniversario luctuoso del siervo de Dios Fray Antonio Alcalde,

lo aprovechó la alcaldesa tapatía Verónica Delgadillo para tomarle protesta

al patronato de la Fundación Paseo Fray Antonio Alcalde, y a quien lo pronuncio a

reconocer a quienes han dado vida a esa instancia y a renovar sus buenas expectativas.[2]

 

 

 

Amigas y amigos,

muy buenos días a todas y todos.

 

Es un honor representar a la Cámara de Comercio de Guadalajara, a su Presidente del Consejo Directivo, Javier Arroyo, y a su Consejo de Expresidentes en este acto solemne de honra y renovación.

Saludo con afecto a nuestra querida Presidenta Municipal, Verónica Delgadillo; a las Regidoras y Regidores de este Honorable Cabildo; y a las y los representantes de las instituciones que integramos con orgullo la Fundación Fray Antonio Alcalde. Envío también un saludo respetuoso, a la distancia, a Su Eminencia, don Francisco Robles Ortega.

Desde este recinto rendimos homenaje a un hombre cuya vida y legado siguen dando frutos 233 años después de su partida: Fray Antonio Alcalde y Barriga, el Fraile de la Calavera. Un hombre de Dios, de acción y de visión, que evangelizó con el ejemplo, sirvió con humildad y construyó con amor por esta ciudad. En la Cámara de Comercio creemos que la mejor forma de decir es hacer, y Fray Antonio hizo tanto que resulta evidente por qué su obra, tanto material como espiritual, sigue incidiendo y hablando fuerte y profundamente en el alma de Guadalajara.

Fray Antonio, además de ser un hombre de fe y acción, fue también un hombre profundamente agradecido. Así lo atestigua el valioso libro Noticias del Fraile de la Calavera, de la autora Laura Ofelia Castro Golarte, editado en su primera edición por la Cámara de Comercio de Guadalajara en 1997, durante la presidencia de mi querido y respetado padre, don Xavier Orendain Martínez Gallardo.

Por eso hoy, al rendirle homenaje, lo hacemos desde ese enorme valor que el vivió: la gratitud, porque honrar su legado implica reconocer y agradecer a quienes, como él, han hecho del servicio una vocación.

Agradecemos y reconocemos, en primer lugar, al presbítero Tomás de Híjar Ornelas, cuyo entusiasmo, liderazgo y perseverancia han sido pilares fundamentales en la conformación de este esfuerzo colectivo, que hoy cobra nuevo impulso. Gracias de todo corazón, don Tomás.

Extendemos también nuestro agradecimiento a doña Martha Vallejo, al canónigo Guadalupe Dueñas, a don Gabriel Gallo Álvarez, al Maestro José Manuel Jurado Parres, al doctor Adalberto Ortega Solís, así como a todas y todos los Amigos del Paseo Fray Antonio Alcalde, A.C., que han contribuido —y seguirán haciéndolo— con amor, constancia y convicción.

Reconocemos la apertura y disposición de la Arquidiócesis de Guadalajara, tanto en su momento como ahora. Gracias, Su Eminencia, señor Cardenal.

Agradecemos también la voluntad política del entonces alcalde Ismael del Toro y su equipo, así como la confianza, visión y compromiso de la actual administración municipal, encabezada por la licenciada Verónica Delgadillo y su equipo de trabajo, siempre diligente, generoso y comprometido. Gracias de todo corazón, Presidenta Verónica.

Nuestro agradecimiento a la benemérita Universidad de Guadalajara, con la cual, cada vez que como organismo empresarial hemos trabajado en equipo, se han cosechado grandes frutos para la comunidad. Así quedó demostrado, de forma ejemplar, durante la pandemia de covid-19.

Reconocemos también, con respeto y gratitud, al gobernador Aristóteles Sandoval Díaz —que en paz descanse—, así como al entonces alcalde y luego gobernador Enrique Alfaro Ramírez, por su respaldo decidido y las obras materiales que impulsaron en favor de esta causa.

Finalmente, expresamos nuestro respaldo y reconocimiento a los nuevos y generosos miembros de la Fundación. Maestro Enrique Ibarra Pedroza, qué orgullo saber que, al igual que Fray Antonio, seguirá dedicando años de oro al servicio de Guadalajara. Le reiteramos nuestro aprecio, respaldo y plena confianza institucional.

 

***

Amigas y amigos:

 

Fray Antonio Alcalde y Barriga vive en esta ciudad cada vez que elegimos colaborar en vez de competir; unirnos en lugar de dividirnos; cada vez que realizamos —aunque sea un gesto pequeño— un acto de generosidad; y cada vez que invertimos con visión en el bienestar colectivo, especialmente en los ámbitos de la salud, la educación, la vivienda y el trabajo.

Su legado nos recuerda que las ciudades no se construyen solo con piedra y cemento, sino con valores, compromiso y comunidad. Que nunca dejemos de inspirarnos en su ejemplo para hacer de Guadalajara una ciudad más justa, más humana, más noble y más solidaria.

Que así sea.

Muchas gracias.



[1] Ingeniero civil, Director General de la empresa constructora Dmx de México, ha sido Coordinador de Crecimiento y Desarrollo Económico del Gobierno de Jalisco y Presidente del Consejo Directivo de la Cámara de Comercio de Guadalajara.

[2] Este Boletín agradece a su autor su inmediata disposición a publicar aquí este texto suyo.



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