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Circulares


CIRCULAR 7/2020

Fallecimiento del Ilustrísimo Señor Canónigo don Rafael González González (1931-2020)

A toda la comunidad diocesana:

Reciban un saludo fraternal y mis mejores deseos para esta Cuaresma que estamos por iniciar. Les escribo sobre el fallecimiento del Ilustrísimo Señor Canónigo don Rafael González González; que reciba el cumplimiento de la promesa de la bienaventuranza eterna.

Don Rafael González González nació en el Yahualica, Jalisco, el 16 de junio de 1931. Recibió el don del sacerdocio ministerial el 22 de diciembre de 1956. Ejerció su ministerio como Vicario cooperador en Florencia, Zacatecas, donde posteriormente fue Párroco por diez años. Posteriormente desempeñó el trabajo pastoral como Cura Párroco de Santiago Apóstol en Tonalá, por más de 28 años. En el Jubileo del Año 2000 fue nombrado Canónigo de la Catedral Metropolitana de Guadalajara y Capellán de Nuestra Señora de la Asunción, del Santuario de Guadalupe. Fue adscrito a la parroquia de Santiago Apóstol, Tonalá; en el año 2002 fue adscrito al Santuario de Guadalupe, y desde el 29 de enero de 2007 de nuevo a la parroquia de Santiago Apóstol, siempre como Canónigo Honorario del Venerable Cabildo. El día de ayer tuvimos la noticia de su fallecimiento el 24 de febrero de 2020, a los 88 años de edad y 63 de ministerio sacerdotal.

Don Rafael fue un Ministro sagrado honesto, ecuánime, sencillo, abnegado y de sólida vida espiritual; cumplido y obediente a la Iglesia y a sus directrices. Un pastor que con iniciativa y creatividad impulsó grandemente las obras materiales de los templos. Fue un hombre cercano a la gente, querido y reconocido por pequeños y grandes, un sacerdote humilde que tuvo una palabra oportuna y un gesto de bondad para quien lo necesitaba. Impulsó la fe de los fieles a través de la Liturgia y la religiosidad popular con un grande amor por Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María. Tan querido fue por el pueblo de Dios que fieles y autoridades civiles se están organizando para que sea inhumado en la parroquia de Tonalá, donde tanto sirvió entregando su vida y ministerio.

Que Jesucristo Redentor del mundo reciba en la Asamblea de los Santos al Ilustrísimo Señor Canónigo don Rafael González González y le otorgue el premio de los servidores leales. La bondad y la lealtad de su corazón le ganaron la estima de cuantos le conocimos; su memoria será siempre bendecida.

Les invito, hermanos sacerdotes, a celebrar la Santa Eucaristía y ofrecer sus oraciones por nuestro hermano, y a todos, a tenerlo presente en sus oraciones.

Guadalajara, Jalisco, a 25 de febrero del 2020

Presbítero Dr. Javier Magdaleno Cueva
Secretario Canciller


CIRCULAR 8/ 2020

Falleció el Señor Presbítero don Tiburcio León Corona (1932-2020)

A toda la comunidad diocesana:

Les saludo cordialmente y les escribo con ocasión de la muerte de uno de nuestros hermanos sacerdotes, el señor Presbítero don Tiburcio León, que descanse en la paz de Nuestro Señor Jesucristo, vencedor de la muerte.
Don Tiburcio León nació en Chiquilistlán, Jalisco, el 9 de septiembre de 1932. Fue ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1969. Desempeñó su ministerio como Vicario cooperador de la parroquia de la Virgen de Guadalupe en La Yesca, Nayarit y luego fue Auxiliar del Santuario de San José y sirvió en la Curia Diocesana, en la Oficina de la Cooperación Diocesana, como Director in solidum de la Mutual del Clero, miembro del Consejo de Asuntos Económicos, ecónomo del Proyecto Génesis y miembro del Colegio de Asesores de Cáritas Diocesana para la atención del Banco de Alimentos. Posteriormente fue nombrado Párroco de María Madre de la Iglesia.

Fue además representante ante el Consejo Presbiteral por el decanato de San Andrés y Párroco de Nuestra Señora del Consuelo, en Polanco; primer Cuasipárroco de la Santa Cruz en Zalatitán, Vicario parroquial de Jesús Nuestra Pascua y Capellán auxiliar de Nuestra Señora del Buen Consejo.
Finalmente, desde octubre de 2013 estuvo en el Trinitario Sacerdotal. Por la gracia y la misericordia divina ha sido invitado al banquete de las bodas eternas, en Guadalajara, el 29 de febrero de 2020, a los 87 años de edad y habiendo cumplido sus bodas de oro sacerdotales. Que nuestro hermano sacerdote, ahora pueda celebrar la Pascua eterna de la Resurrección.
El Padre Tiburcio León fue un sacerdote sencillo, franco, abierto, noble, disponible y dócil, con acendrado espíritu apostólico, devoto en sus prácticas religiosas y deberes sacerdotales, lleno de celo en su ministerio. Fue un pastor servicial y dedicado a la Iglesia con entusiasmo y generosidad. Que Cristo, Rey Victorioso, reciba en la Asamblea de los Santos a nuestro hermano sacerdote don Tiburcio León Corona y le otorgue el premio de los servidores fieles, que desempeñaron su ministerio para el bien del Pueblo de Dios.

Les invito, hermanos sacerdotes, a celebrar la Santa Eucaristía y ofrecer sus oraciones en sufragio de nuestro hermano, y a las Comunidades Religiosas a tenerlo presente en sus oraciones.

Guadalajara, Jalisco, a 3 de marzo del 2020

Pbro. Dr. Javier Magdaleno Cueva
Secretario Canciller


CIRCULAR 17/2020

Fallecimiento del señor presbítero don David Plascencia Sandoval (1950-2020)

A toda la comunidad diocesana:

Les saludo fraternalmente y les deseo la paz de Jesucristo. Les comunico el fallecimiento del señor Presbítero don David Plascencia Sandoval, quien ha participado del triunfo de Cristo, como lo expresa la Sagrada Escritura: “Dichosos los que mueren en el Señor. Que descansen ya de sus fatigas, pues sus obras los acompañan” (Ap 14, 13).

Don David Plascencia Sandoval nació en la comunidad de Agua Prieta de Ixtlahuacán del Río, Jalisco, el 3 de octubre de 1950. Recibió la Ordenación Sacerdotal el día 7 de junio de 1981. Desempeñó su ministerio como Vicario Cooperador en las parroquias de Santiago Apóstol y Nuestra Señora de Guadalupe, en Ameca, Jalisco. Apenas a los dos años de su ministerio sacerdotal fue invitado a formar parte del Seminario de Guadalajara como Superior del Seminario Auxiliar de Totatiche, Jalisco. Se desempeñó también como Director Espiritual y Profesor en el Seminario Menor. Después fue llamado a servir como Prefecto del Seminario de Tapalpa. El 28 de julio de 1993 fue nombrado Administrador Parroquial de San Rafael del Parque. Fue Vicario Episcopal de la Zona Oriente entre los años de 1998 y 2004. Fungió como Decano de Pastoral de los Decanatos de Zalatitán, Tetlán y San Andrés.
Fue Párroco de San Miguel Arcángel en Cocula, Jalisco, Vicario Episcopal Interino de San Antonio, Tlajomulco, y Decano del decanato de Cocula. Fue Párroco de Nuestra Señora de Guadalupe en Portezuelo, Jalisco, Decano Suplente del decanato de La Barca y Vicario Episcopal del Señor de la Misericordia, en Ocotlán. Posteriormente fue llamado a la Casa del Seminario Mayor Diocesano de Señor San José, nuevamente como Formador, el 6 de agosto de 2013. Luego de seis años de acompañar a los candidatos al sacerdocio ministerial, en 2019 recibe la encomienda de ser Párroco del Santo Cura de Ars, en Guadalajara.

En la mañana del 5 de mayo del año en curso nos enteramos de su fallecimiento a consecuencia de un accidente por la explosión de gas, sucedido unos días antes en el curato de la parroquia de Santo Cura de Ars. Tenía 69 años de edad y 39 años de ministerio sacerdotal.
El Señor Cura David, o Pericles, como cariñosamente se le conocía entre los seminaristas y sacerdotes, fue un sacerdote muy alegre, trabajador, sencillo, espontáneo y vivaz, con mucha facilidad para crear un ambiente de fraternidad y cooperación a través de la jovialidad y la alegría. Un hombre franco, con grandes convicciones cristianas que le condujeron en toda su vida ministerial.

Fue un sacerdote que trabajó intensamente por las vocaciones en el Seminario de Guadalajara por más de 16 años, dando lo mejor de sí mismo. Un hombre honesto y sincero que brindaba la confianza de acercarse al sacerdote a través de su carácter tan humano y natural. En su manera coloquial de hablar, expresaba las verdades de fe y los anhelos de su consagración con seriedad y sencillez: “Quiero gastarme y desgastarme por esta gente, y que Dios me conceda la gracia del burro de arriero: morir en el Camino Real y con la carga en el lomo”.

Que Jesucristo, Rey de misericordia, haga recrearse en la contemplación eterna del Amor Verdadero a nuestro hermano don David Plascencia Sandoval, Presbítero, para que, unido a los santos en el cielo, alabe por siempre al Cordero inmolado por nuestra salvación. Les invito, hermanos sacerdotes, a ofrecer sus intenciones de Misa, a las Comunidades Religiosas y a todos los fieles, sus oraciones por nuestro hermano sacerdote.

Guadalajara, Jalisco, a 14 de mayo del 2020.

Pbro. Dr. Javier Magdaleno Cueva
Secretario Canciller


CIRCULAR 18/2020

Fallecimiento del Ilustrísimo Señor don Rafael Melitón Uribe Pérez (1938-2020)

A toda la comunidad diocesana:

Les envío un cordial saludo deseándoles la alegría y la paz del Señor.
Les escribo para comunicarles del sensible fallecimiento del Ilustrísimo Señor don Rafael Melitón Uribe Pérez, quien ha muerto en el Señor y participa en la esperanza de la vida nueva en Cristo resucitado: “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás” (Jn 11, 25).

Monseñor don Rafael Uribe Pérez nació en Guadalajara el 27 de enero de 1938. Ingresó al Seminario después de sus estudios en ingeniería, a los 23 años de edad. Recibió el Orden Sacerdotal el 21 de diciembre de 1968. Desempeñó su ministerio como Vicario Cooperador en la parroquia de San Miguel Arcángel en Cocula, Jalisco. Después fue nombrado Prefecto y Profesor del Seminario Diocesano de Guadalajara. Fue Coordinador del Departamento de Arte Sacro de Guadalajara en diversas ocasiones y miembro de la Comisión Diocesana de Migración y Turismo. También fue nombrado Capellán de Nuestra Señora del Refugio, en Las Juntas. Fungió como auxiliar para verificar límites de parroquias. Fue primer Cuasipárroco y posteriormente Vicario del Señor de la Misericordia, en Miravalle. Desde diciembre de 2011 sirvió como Vicario de Nuestra Señora del Refugio en el Cerro del Cuatro. La Providencia de Dios ha llamado a la Vida eterna a nuestro hermano Monseñor Rafael el 13 de mayo de 2020, a los 82 años de edad y 51 de ministerio sacerdotal.

Monseñor don Rafael Uribe, antes de entrar al Seminario Diocesano y cursando la carrera de ingeniería, participó ya desde joven en la Universidad como apóstol seglar en el medio educativo. Su preparación facilitó su desempeño como Coordinador de la Sección de Arte Sacro de la Arquidiócesis. Fue un sacerdote piadoso, educado, alegre, respetuoso, formal, franco, entregado a su ministerio sacerdotal, de manera especial con los más desfavorecidos económicamente, ofreciendo por muchos años un comedor comunitario fundado desde 1980. Fue un sacerdote con una gran calidad humana y con un fuerte carisma cristiano.

Que Jesucristo Resucitado conceda a nuestro hermano Monseñor Rafael Uribe Pérez la contemplación de la belleza y gloria de Dios, para que, unido a los Santos en el cielo, alabe para siempre al Cordero inmolado en la liturgia celestial.

Les invito, hermanos sacerdotes, a ofrecer sus intenciones de Misa, y a las Comunidades Religiosas y a toda la Comunidad Diocesana, sus oraciones, por nuestro hermano.

Guadalajara, Jalisco, a 19 de mayo del 2020

Pbro. Dr. Javier Magdaleno Cueva
Secretario Canciller


CIRCULAR 21/ 2020

Celebraciones con fieles a partir del 15 de junio 2020

A toda la comunidad diocesana:

Hermanos, los saludo en la comunión del Espíritu del Señor Resucitado.
Como es del conocimiento público, el Señor Gobernador del Estado de Jalisco ha comunicado la posibilidad de llevar a cabo la celebración pública en las iglesias de la entidad. Al dar continuidad a las disposiciones precedentes que como comunidad diocesana hemos observado, quiero actualizarlas de frente a las indicaciones científicas de las autoridades de Salud.

Tengo el gusto de anunciarles que podremos volver a celebrar con asistencia de fieles en las diversas iglesias parroquiales y demás templos de la Arquidiócesis a partir del lunes 15 de junio. Esta nueva condición aún no refleja las condiciones de normalidad precedentes a la contingencia. Por ello, con este paso de normalización, no bajemos la guardia en la observancia de los cuidados de prevención.

Aprender a convivir con el riesgo de contagio no es la excusa para decidir propiciar su invasión, sino un nuevo modo de mejorar los hábitos de higiene y respeto personal, familiar y social. Les pido, por ende, que se implementen las siguientes disposiciones para el cuidado de los fieles en las celebraciones litúrgicas de las Misas, que durarán hasta nuevo aviso:

Criterios generales

1. Crear un equipo estratégico para el prudente discernimiento pastoral, así como grupos de orden, acomodo y sanitización para cada Misa.

2. Reiniciar la celebración de la Misas con asistencia reducida de fieles, en número no mayor a 50 personas. Por lo tanto, se mantiene la dispensa del precepto dominical para las personas en situación vulnerable por edad o salud, así como para las personas que no logren participar debido al cupo de las celebraciones.

3. Desde la llegada se deberán observar las medidas de precaución, acceder al templo sin síntomas ni elevada temperatura. Se exige el uso de cubrebocas para todos. Para ello:

a. Capacitar al personal y a voluntarios para la adecuada limpieza y sanitización del lugar entre Misa y Misa.

b. Sanitizar las áreas susceptibles de ser tocadas: bancas, sillas, mesas, perillas, etcétera, al término de cada celebración.

c. Revisar cada semana los procedimientos y ajustarlos a la situación presentada.

d. Definir un procedimiento claro de acceso a la iglesia, cumpliendo siempre con las disposiciones de salud, el respeto y la dignidad de los fieles.

e. Invitar al fiel a llegar a la Misa 15 minutos antes. Indicar con claridad los accesos.

f. Mantener las puertas abiertas para favorecer la ventilación. Entre los fieles debe existir una distancia mínima de 1.5 metros.

g. Mantener disponible gel sanitizante.

h. Revisar la separación de los asientos, marcando con una etiqueta de color el lugar donde debe sentarse cada persona.

4. A los sacerdotes responsables de cada comunidad les pido que, junto al resto del equipo sacerdotal y Equipo Coordinador Básico:

a. Realicen una campaña de comunicación que informe de manera clara y concreta el regreso gradual a las celebraciones y las disposiciones que los fieles deben acatar.

b. Orienten la oración y la participación de personas vulnerables (ancianos, enfermos y niños) con modos alternativos a la presencia física en el templo.

Para la misa

1. El número de ministros presentes en el presbiterio sea reducido al mínimo, observando siempre las indicaciones de sana distancia.

2. La duración de la celebración deberá ser breve, pero observando la máxima dignidad del Misterio celebrado, orientativamente con duración total de 35 minutos, no sólo para reducir la concentración de personas en un mismo recinto, sino para facilitar la sanitización y el ingreso al templo de forma ordenada y sin aglomeraciones para la siguiente celebración.

3. La colecta se realizará después del rito de la Comunión.

4. Para el intercambio del saludo de la paz se continúa haciendo una leve reverencia, sin proximidad física a los demás.

5. Al dirigirse a recibir la Sagrada Comunión se pide que haya personal para distribuir gel sanitizante antes de la Comunión, así mismo que se respete la sana distancia y que se siga organizando de manera adecuada la distribución del Cuerpo de Cristo en la mano.

6. El sacerdote deberá usar cubrebocas para dar la Comunión y el gel sanitizante antes de distribuirla.

7. Para la salida de la Misa se cuide el orden, de manera que se lleve a cabo respetando la sana distancia; en donde sea posible, destínese una puerta para ingresar y otra distinta para salir.

8. En el atrio de la iglesia debe evitarse la concentración de los fieles.

Artículos necesarios

• Gel sanitizante con una concentración de alcohol que supere los 70º.
• Cubrebocas para quien no lo traiga.
• Caretas para el personal de los equipos de apoyo.
• Termómetro para medir la temperatura de cada fiel, que no debe ser mayor de 37. 5º C.
• Tapetes desinfectantes y jergas para secarse los zapatos a la entrada del templo.
• Material suficiente para sanitizar antes y después de cada Misa.

Guadalajara, Jalisco, a 14 de junio del 2020

+José Francisco Card. Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara

Pbro. Dr. Javier Magdaleno Cueva
Secretario Canciller


CIRCULAR 19/ 2020

Fallecimiento del Ilustrísimo Señor don David Orozco Loera (1928-2020)

A toda la comunidad diocesana:

Les saludo fraternalmente, deseando que la esperanza cristiana impulse el verdadero sentido y dé plenitud a nuestra vida cotidiana. Les informo sobre el fallecimiento del Ilustrísimo Señor don David Orozco Loera, quien ha participado del triunfo de Cristo, como recuerda el Apóstol san Pablo:

“Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos que venga nuestro salvador Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene para someter a su dominio todas las cosas” (Flp. 3, 20-21).

Monseñor David Orozco Loera nació en Temastián, Jalisco, el 29 de diciembre de 1928. Recibió el Orden Sacerdotal el 1º de enero de 1959. Desempeñó su ministerio como Capellán, Subprefecto de Disciplina y secretario de la Escuela Diocesana de Música Sacra. Sirvió con plena disposición y caridad a los enfermos en la Estancia del Padre Berna, anexa al Hospital Civil, y fue desde el 9 de marzo de 1963 nombrado por el Señor Cardenal José Garibi Rivera Director de la Granja de Recuperación para Inválidos del Lazareto, ya establecida en Santa María Tequepexpan, supliendo al padre Juan Bernal, fundador de la obra. Fue Coordinador de la Comisión diocesana para promover la labor pastoral en favor de los enfermos, Decano del V decanato Urbano, Decano suplente del Santuario de Guadalupe, Coordinador Diocesano de Pastoral de la Salud, segundo Capellán de Nuestra Señora de Belén y San Miguel Arcángel, con atención al Hospital Civil. Falleció el 13 de mayo de 2020 en Guadalajara, Jalisco, a los 91años de edad y 61 de ministerio sacerdotal.

Monseñor David fue un predicador ingenioso y preciso doctrinalmente, que emocionaba con sus historias y ejemplos de vida. Fue un sacerdote intachable, según la opinión de muchos que lo conocieron; un sacerdote abnegado, responsable y servicial, buscando siempre ofrecer la ayuda oportuna con caridad, creatividad e iniciativa. Supo descubrir en la figura humana el rostro de Dios y la belleza de la presencia viva de Jesucristo en los enfermos. Fue un apóstol de los enfermos y de los que cuidan de ellos, en especial a los afectados de lepra, tuberculosis y en fase terminal. Era un abuelo para los niños, a quienes trataba con atención y cariño. La Arquidiócesis de Guadalajara ha conocido a un nuevo Padre Damián, como el misionero de Molokai en las islas de Hawái en el siglo XIX, ya que el Padre David estuvo 57 años al pendiente de los enfermos y de los más pobres.

Contaba él mismo que desde aquel encuentro en sus años de juventud, al principio de su ministerio, cuando al llegar por primera vez al Lazareto de repente un enfermo de lepra lo abraza, siente ganas de echarse a correr, pero al mismo tiempo experimenta el hambre de Dios, mezclada con el escándalo de las heridas y la compasión por la necesidad de atención, y desde aquel momento encontró la imagen de Jesucristo en la desfiguración de un enfermo que le ofreció la bienvenida a este lugar, de donde no separaría su corazón en toda su vida. Y desde ahí se consagró a los enfermos, “y no dejé de celebrar Misa ahí.”

Se le vio noches caminando por el Hospital Civil para auxiliar a los enfermos hasta la madrugada. Las enfermeras y el personal médico que lo conoció decían: “El Padre David es un hombre tocado por Dios, es un hombre de misericordia para con todos, tenía las palabras precisas para los enfermos, las enfermeras y sus familias”. Recuerdan con cariño que “con el dedo pulgar hacía la cruz en la frente cuando te veía hacia la señal de la cruz, y una cachetada de cariño”. Fue un sacerdote desprendido a más no poder, al punto de que si le pedían sus zapatos se los entregaba a los pobres sin dudar. Fue un hombre noble y dócil que supo sobrellevar sus enfermedades con alegría, generosidad y paciencia. Probado en la insuficiencia renal crónica, descubrió con espíritu de fe la voluntad de Dios. Siempre recordó y agradeció la protección de la Divina Providencia a través de ser cuidado y protegido por el Señor Cura de Temastián en los tiempos de su infancia.

Que Cristo resucitado reciba en la Asamblea de los Santos a nuestro hermano don David Orozco Loera, sacerdote, y le otorgue el premio de los servidores leales. Les invito, hermanos sacerdotes, a celebrar la Santa Eucaristía en favor de su alma, y a toda la comunidad diocesana a elevar sus plegarias con la misma intención.

Guadalajara, Jalisco, a 15 de junio del 2020

Dr. Pbro. Javier Magdaleno Cueva


CIRCULAR 20/20

Fallecimiento del Señor Presbítero don José Trinidad García Alonzo (1966-2020)

A toda la comunidad diocesana:

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo los animen en sus actividades diarias.

Les notifico que el Señor Presbítero don José Trinidad García Alonzo ha participado ya de la Pascua del Señor, como nos dice Jesús en el Evangelio: “Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida Eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor” (Jn 12, 24-26).

Don José Trinidad García Alonzo nació en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, el 5 de junio de 1966. Fue ordenado sacerdote el 10 de junio de 2000. Desempeñó su ministerio sacerdotal como Capellán Auxiliar de Coyula y en la parroquia de San Gaspar en Tonalá; fue Vicario Parroquial de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre y, posteriormente, de El Salvador, Jalisco. Sirvió como Párroco de Nuestra Señora de Guadalupe en Matatlán, durante siete años, y de la Santísima Trinidad en Zapotlán del Rey, ambas en Jalisco. Fue electo Decano del decanato de Zapotlanejo y del decanato de Poncitlán. Fue luego Párroco de Nuestra Señora del Rosario en Zalatitán, desde el mes de julio de 2014. El Padre Celestial ha llamado a su hijo sacerdote José Trinidad el 14 de junio de 2020, recién cumplidos sus 54 años de edad y sus 20 años de ordenación sacerdotal.

El padre Trino fue un sacerdote sencillo, amable, atento y alegre, muy querido por los que lo conocimos y por la gente de las comunidades parroquiales a las que sirvió. Un Pastor sociable, trabajador, responsable, obediente con sus superiores y fraterno con los compañeros sacerdotes. Dedicado con gran empeño y amor a su ministerio atendiendo a los niños, los jóvenes y todas las pastorales de sus comunidades. Se le recordará por esa habilidad y gusto que tenía por la música, que supo promover desde la vida del Seminario.

Que Jesucristo, Salvador del mundo, reciba en la Asamblea Celestial al Presbítero don José Trinidad García Alonzo y le otorgue el don de la Vida eterna destinada a los hijos de Dios. Les invito, hermanos sacerdotes, a celebrar la Santa Eucaristía y ofrecer sus oraciones en sufragio de nuestro hermano, y a todos, a tenerlo presente en sus oraciones.

Guadalajara, Jalisco a 15 de junio del 2020

Pbro. Dr. Javier Magdaleno Cueva
Secretario canciller



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