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Circulares
Circular 17/2012
Fallecieron los señores presbíteros don J. Guadalupe Loera Pérez (1931-2012), don Alfonso Higareda Higareda (1927-2012) y don Raúl Navarro Ramos (1919-2012)
A los miembros del presbiterio diocesano: La gracia y la paz de Cristo Resucitado, permanezcan siempre con ustedes. Me encomienda el eminentísimo señor cardenal don José Francisco Robles Ortega, notificarles que los señores presbíteros don J. Guadalupe Loera Pérez, don Alfonso Higareda Higareda y don Raúl Navarro ramos, han participado del triunfo de Cristo, como enseña el Apocalipsis: “Dichosos los que mueren en el Señor. Que descansen ya de sus fatigas, pues sus obras los acompañan” (14, 13). El señor presbítero don J. Guadalupe Loera Pérez, nació en Totatiche, Jalisco, el 28 de octubre de 1931, ingresó al seminario auxiliar de Totatiche, Jalisco , en el año de 1955 y recibió la ordenación sacerdotal el 20 de diciembre de 1969 en Guadalajara, Jalisco. Desempeñó su ministerio sacerdotal como vicario en las parroquias de Mezquital del Oro, Zacatecas, Zapotlán del Rey, Jalisco, Tenayuca, Zacatecas y Nochistlán, Zacatecas. Fue capellán de Huejotitán, Jalisco, fue párroco de San Pedro Apulco y posteriormente administrador parroquial de la misma comunidad; fue párroco de San Cristóbal de la Barranca, Jalisco y Apozol, Zacatecas; de Santa Vicenta María, San Gabriel Arcángel y, finalmente, estuvo como adscrito a San Gregorio Magno. Falleció el 26 de abril del 2012, en Guadalajara, Jalisco. El padre J. Guadalupe Loera Pérez, fue un hombre trabajador, prudente, dedicado al ministerio y buen compañero con sus hermanos sacerdotes. El señor presbítero don Alfonso Higareda Higareda, nació en Sahuayo, Michoacán, el 11 de enero de 1927, ingresó al Seminario de Guadalajara en el año de 1941 y recibió la ordenación sacerdotal el día 8 de diciembre de 1954 en Guadalajara, Jalisco. Cuando se dividió la arquidiócesis, en 1972, pasó a pertenecer a la diócesis de Ciudad Guzmán, en la cual desempeñó su ministerio sacerdotal en diferentes parroquias y después fue incardinado a la arquidiócesis de Guadalajara en el año de 1977, donde desempeñó su ministerio como vicario de la parroquia de Santa Rosa de Lima y fue el primer párroco de Santo Niño de Atocha, La Calma, y posteriormente, adscrito a las parroquias de la Divina Providencia y San Pablo, Las Fuentes. Falleció el 30 de abril del 2012, en Guadalajara, Jalisco. El padre Alfonso Higareda Higareda, fue un hombre trabajador, fervoroso, promotor de la adoración al Santísimo Sacramento, especialmente de la archicofradía de la Adoración Nocturna, entregado a su ministerio, servicial, hábil constructor, buen administrador, sencillo y apasionado del arte sacro. El señor presbítero don Raúl Navarro Ramos, nació en Magdalena, Jalisco, el 2 de diciembre de 1919, ingresó al Seminario de Guadalajara, en el año de 1933 y fue ordenado sacerdote el día 24 de abril de 1943. Desempeñó su ministerio como vicario en las parroquias de Puente Grande, Chapala e Ixtlahuacán de los Membrillos. Fue párroco de las comunidades de Chapala y de San Carlos Borromeo y capellán de San Felipe Neri. Falleció el 6 de mayo de 2012, en Guadalajara, Jalisco. El padre Raúl Navarro Ramos, fue un sacerdote responsable y celoso del bien espiritual de las almas; devoto de la virgen de Zapopan, de cuyas visitas fue gran promotor; obediente, piadoso y estimado por los fieles de las comunidades donde realizó su ministerio. Que Dios Padre misericordioso, reciba en la asamblea de los santos a nuestros hermanos sacerdotes J. Guadalupe, Alfonso y Raúl, y les recompense con la paz del reino celestial. Guadalajara, Jalisco, a 7 de mayo del 2012 Mons. Juan Pablo Preciado Ramírez Secretario
Circular 18/2012
Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo procesión diocesana. Sábado 9 de junio del 2012 A los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos: Les saludo con afecto y deseo que Jesucristo, presente en el Santísimo Sacramento del Altar, colme sus anhelos de santificación y entrega al servicio de la Iglesia. En un encuentro con sacerdotes de Roma el Papa Benedicto xvi decía: “con la Constitución Conciliar sobre la Liturgia se redescubrió sobre todo la riqueza de la Eucaristía celebrada, donde se realiza el testamento del Señor: Él se nos da y nosotros respondemos dándonos a Él. Pero ahora hemos redescubierto que este centro que nos ha dado el Señor al poder celebrar su sacrificio y así entrar en comunión sacramental, casi corporal con Él, pierde su profundidad y también su riqueza humana si falta la adoración como acto consiguiente a la comunión recibida: la adoración es entrar, con la profundidad de nuestro corazón, en comunión con el Señor que se hace presente corporalmente en la Eucaristía. En la custodia se pone siempre en nuestras manos y nos invita a unirnos a su presencia, a su Cuerpo resucitado.” (Encuentro con sacerdotes y diáconos de la diócesis de Roma, 2 de marzo del 2006). En sintonía con el Santo Padre y alentados por la piedad eucarística de nuestro pueblo, se ha organizado la procesión diocesana del Corpus Christi, para adorar públicamente a Cristo Eucaristía. Este año se ha escogido el lema “La Eucaristía fuente de comunión, fuerza para la misión”. Invito atentamente a los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos, a participar en la solemne concelebración Eucarística, que tendrá lugar en la explanada del templo Expiatorio, el sábado 9 de junio, a las 19 horas. Al término de la Eucaristía se iniciará la procesión con el Santísimo Sacramento, por la calle de López Cotilla y la avenida 16 de Septiembre hasta la Plaza de Armas, donde se concluirá con la bendición. Pido a los párrocos y rectores de templos que motiven la participación de los fieles de sus comunidades. Es muy conveniente que las calles de nuestra ciudad, especialmente por las que pase la procesión, se engalanen con el fervor y la piedad de los fieles, en este homenaje público a Jesús Eucaristía. Además de esta procesión diocesana, es preciso que cada parroquia, capellanía y casa religiosa, organice, su propia procesión Eucarística, de la manera más solemne posible, el jueves de Corpus o durante la octava. Que la adoración que hacemos a Jesucristo en la Eucaristía, nos ayude a dar abundantes frutos de santidad, en nuestra vida personal y comunitaria. Guadalajara, Jalisco, a 8 de mayo del 2012 + José Francisco Card. Robles Ortega Arzobispo de Guadalajara Mons. Juan Pablo Preciado Ramírez Secretario
Circular 19/2012
Óbolo de San Pedro. Domingo 1 de julio de 2012 A los miembros de la Iglesia diocesana: Les envío un afectuoso saludo, y deseo que la alegría y la paz de Cristo Resucitado, estén con todos ustedes. Desde los primeros siglos de la vida de la Iglesia, el Santo Padre ha manifestado su cordial y sincera preocupación por los más necesitados, facilitando así que la Iglesia de Roma cumpla su función de presidencia en la caridad universal, que ejerce, sobre todo, al disponer de los recursos necesarios para ayudar a los que sufren. En el primer año de su pontificado, el Papa Benedicto xvi, ha querido subrayar el significado del Óbolo de San Pedro: “El Óbolo de San Pedro es la expresión más típica de la participación de todos los fieles a las iniciativas del obispo de Roma en relación a la Iglesia universal. Es un gesto que tiene valor no sólo práctico, sino también altamente simbólico, como signo de comunión con el Papa y la atención a las necesidades de los hermanos, y por esto su servicio posee un valor exquisitamente eclesial” (Discurso a los socios del Circulo de San Pedro, 25 de febrero del 2006). En la solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, las Iglesias de Oriente y de Occidente celebran el Día del Papa. Asimismo, el domingo más cercano a esta solemnidad, los pastores y fieles de las Iglesias esparcidas por todo el orbe, colaboran económicamente a las obras de caridad que realiza el Santo Padre, por medio del Óbolo de San Pedro. Exhorto a los párrocos, a los rectores de los templos, a los formadores del seminario y a los capellanes de las casas de religiosos y religiosas, que celebren junto con sus comunidades el Día del Papa, el próximo viernes 29 de junio, orando con cariño y amor filial por su Santidad Benedicto xvi, vicario de Cristo. También les pido orar por su servidor, porque ese mismo día recibiré, el palio arzobispal de manos de Su Santidad. El palio es símbolo de la unidad que vincula a los pastores de las Iglesias particulares con el Sucesor de Pedro, obispo de Roma; y es también una llamada a los sacerdotes y los fieles de las distintas diócesis a consolidar cada vez más una auténtica comunión con sus pastores y entre todos los miembros de la Iglesia (cf. Código de Derecho Canónico 437). En todas las comunidades, el domingo 1 de julio se organizará la colecta especial, que es signo de comunión con el Santo Padre y de solicitud por los hermanos más necesitados, que son socorridos por el sucesor de san Pedro. Lo que se recabe se enviará a la caja del arzobispado. Que Dios los bendiga abundantemente y a todos nosotros nos haga comprometidos discípulos en la misión de la evangelización y en la promoción humana.
Guadalajara, Jalisco, a 16 de mayo del 2012 + José Francisco Card. Robles Ortega Arzobispo de Guadalajara Mons. Juan Pablo Preciado Ramírez Secretario
Circular 20/2012
Fallecieron los sacerdotes don Salvador Hernández Montaño (1913-2012) y don Francisco Javier Robles Cisneros (1929-2012)
A los miembros del presbiterio diocesano: Que la gracia y la paz de Cristo Resucitado, estén siempre con ustedes. Por encomienda del eminentísimo señor cardenal don José Francisco Robles Ortega, les comunico que los señores presbíteros don Salvador Hernández Montaño y don Francisco Javier Robles Cisneros, han llegado al término de su peregrinación por este mundo, como nos lo recuerda el autor sagrado: “Pues no tenemos aquí morada permanente, sino que buscamos la futura. Por medio de Él, ofrezcamos sin cesar un sacrificio de alabanza” (Hb 13, 14-15). El señor presbítero Salvador Hernández Montaño, nació en la Barca, Jalisco, el 21 de enero de 1913. Inició sus estudios clericales en Guadalajara, Jalisco, el año de 1925; continuó su formación en Roma, Italia y allí mismo recibió la ordenación sacerdotal el 11 de abril de 1936. Desempeñó su ministerio sacerdotal como formador y profesor del seminario auxiliar de San Juan de los Lagos, Jalisco; fue vicario coadjutor de San Martín Hidalgo, Jalisco, y posteriormente párroco del mismo lugar; también fue párroco de la Sagrada Familia y de San Vicente, capellán de San Juan Apóstol y Evangelista y estuvo como adscrito a la parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús; fue juez en el Tribunal Eclesiástico por varios períodos. Falleció el 14 de mayo del 2012, en Guadalajara, Jalisco. El padre Salvador Hernández Montaño, fue un hombre de oración, docto, ordenado, trabajador, lleno de celo pastoral, buen compañero, responsable en lo que se le confió, vivió su ancianidad y enfermedad con paciencia y fe. El señor presbítero don Francisco Javier Robles Cisneros, nació en San Gabriel, Jalisco, el 7 de marzo de 1929. Ingresó al Seminario de Guadalajara en 1942, fue ordenado sacerdote el 1 de noviembre de 1953, desempeñó su ministerio sacerdotal como vicario de Tamazula, Jalisco; Zacoalco de Torres, Jalisco y Temacapulín de Cañadas, Jalisco. Fue capellán de San José de Gracia (parroquia de Teocuitatlán, Jalisco), párroco de San Cristóbal de la Barranca, Tlajomulco de Zúñiga y Santa Edwiges. Por varios períodos fue representante ante el Consejo Presbiteral y estuvo adscrito a la parroquia de la Anunciación. Sus últimos años los vivió en el Trinitario Sacerdotal, donde murió el día 16 de mayo de 2012. El padre Francisco Javier Robles Cisneros fue un sacerdote de buenas costumbres, disciplinado, estudioso, trabajador, entusiasta, buen compañero, ordenado, sufrió con entereza y esperanza su larga enfermedad. Que Cristo resucitado, reciba en la asamblea de los santos a nuestros hermanos sacerdotes Salvador y Francisco Javier, y les otorgue la corona de la gloria, por el bien que realizaron en su ministerio, al servicio de sus comunidades. Guadalajara, Jalisco, a 17 de mayo del 2012 Mons. Juan Pablo Preciado Ramírez Secretario |