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Rasgos biográficos del ilustrísimo y reverendísimo señor arzobispo licenciado don José de Jesús Ortiz

 

 

Anónimo

 

Al filo del centenario de la muerte del cuarto arzobispo de Guadalajara, considerado padre del catolicismo social en esta Iglesia particular, se presenta en este breve documento una apretada semblanza de su biografía divulgada al inicio de su ministerio episcopal tapatío[1]

 

El principio de la vida de este prelado nos lo dice la siguiente partida:

 

En el curato de Pátzcuaro, a dos de diciembre del año del Señor de mil ochocientos cuarenta y nueve, yo, el bachiller don Rafael Bustámante, bauticé solemnemente a un infante de tres días de nacido, y le puse por nombre Estanislao; Sóstenes de Jesús, hijo legítimo de don Jesús Ortiz y de doña Dolores Rodríguez. Fué su padrino don Simón García y su madrina doña Onofre Silva, cónyuges a quienes advertí su obligación y parentesco espiritual, y para que conste lo firmé. V. T. [rúbrica] R. Bustámante [rúbrica]

 

El dicho genitor abrazó la carrera militar y obtuvo el grado de  coronel y jefe del primer batallón de Michoácán. Ya murió, así como su compañera. Además tuvieron otros hijos: el licenciado don Primitivo; que ha sido magistrado del Supremo Tribunal de Michoacán y tres hijas: María que casó con el licenciado don Francisco Pérez Gil, presidente del mismo tribuunal; Soledad y Socorro.

Sus primeros cursos literarios fueron durante los añosde 1859 a 1863 en el Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás en Morelia. En 1864 ingresó al Seminario para cursar el tercer año de filosofía, bajo la dirección del sabio y virtuoso padre don Agustín Abarca, que a él se debe en gran parte la adquisición del señor Ortiz para la Iglesia. Allí mismo estudió los dos años de Jurisprudencia, que la continuó en México donde obtuvo a principios de 1870 el título de abogado según uno de sus biógrafos, el señor Tovar. Sea dicho de paso, su carrera la hizo en medio de grandes escaseces.

El padre don Félix Martínez, que también escribió otros puntos bien correctos sobre el señor Ortiz, dice que volvió a Morelia “con el único intento de radicarse en ella para ejercer su profesión.

En 1872 ingresó al profesorado para servir la cátedra de física. Por este tiempo comenzó a sentir el llamamiento divino al sacerdocio, que se hacía más vivo cada día; por fin, se alistó en la milicia eclesiástica el 8 de diciembre de 1875, en cuya memorable fecha recibió la tonsura y las cuatro órdenes menores. Los días 23 y 25 de julio del año siguiente, las órdenes de subdiácóno y diácono; por fin, el 18 de marzo de1877, fué ungido sacerdote en el templo de Señor San José, por el ilustrísimo señor [José Ignacio] Árciga [Ruiz de Chávez], quien le había conferido todas las anteriores órdenes. Continuó en el Seminario sirviendo las cátedras de Derecho Canónico y Liturgia, hasta los primeros dias de 1880.

El 14 de marzo de 1879 se le expidió el nombramiento de promotor fiscal en la curia. El 22 de febrero de 1880 fue nombrado vicerrector, en cuyo puesto se granjeó el respeto de todos, el aprecio de la juventud y de cuantos veían en él un sacerdote modelo. Dio pruebas evidentes de estar dotado de suma prudencia, acompañada de una inquebrantable energía en elcumplimiento de sus deberes.

El 4 de marzo de 1884 ingresó a aquel Cabildo Metropolitano en calidad de prebendado. En esto mismo año comenzó a servir la cátedra de Derecho Natural, hasta 1888 que fué nombrado Gobernador de la Sagrada Mitra, provisor y vicario general, que conservó hasta su promoción al episcopado.

Es buen teólogo, perito jurisconsulto y filósofo distinguido. En la oratoria hizo progresos notables y no pocos de sus sermones son piezas de gran valía. Entre estos figura el del 8 de septiembre de 1892, con ocasión del 25° aniversario de la consagración episcopal del ilustrísimo señor Árciga, y el que con motivo de la coronación de nuestra Señora de Guadalupe pronunció el 11 de octubre de 1895. Estos dos se imprimieron.

Fue preconizado primer obispo de Chihuahua el 15 de junio de 1893, y el 10 de septiembre le consagró el antes mencionado ilustrísimo señor Árciga en su catedral, asistido de los ilustrísimos obispos [Rafael Sabás] Camacho [y García] y [Francisco Melitón] Vargas [y Gutiérrez].

 

Su trato es dulce, afable y muy fino. Su educación esmerada y correcta. Humilde por virtud acrisolada, recibe a todas las personas con cortesía y atención. Es intransigente con el error, y vigila la conducta de los que están bajo su cuidado, deseoso de que nadie se aparte del buen sendero. No obstante su energía, es querido por todos, porque su bondad es admirada.

 

El señor cura de Chihuahua, don  Luis Terrazas hizo, a nombre del ilustrísimo señor arzobispo de Durango [José Vicente Salinas e Infanzón] la erección del obispado y el señor cura don José de Jesús Cordero y Ugarte tomó posesión a nombre del ilustrísimo señor Ortiz, quien llegó a su sede episcopal ciudad en medio de un gran regocijo, el 3 de octubre. Desde luego emprendió con celo apostólico el trabajar en favor de sus diocesanos. Cual infatigable misionero los visitó y donde lo desplegó mayor fue entre los indios de la Tarahumara, y procuró que en sus tareas fuese ayudado por los hijos de san Ignacio y los josefinos.

Asistió á la consagración del ilustrísimo señor [Santiago de] Zubiría [y Manzanera] en Durango el 11 de mayo de 1895.

Fue a   México llamado por el visitador Apostólico.

Asistió al Concilio Provincial de Durango, como uno de sus Padres, en septiembre y octubre de 1896, y al Plenario Latinoamericano que se celebró en Roma en mayo y junio de 1899, y el 8 de diciembre del mismo año asistió a la Coronación de Nuestra Señora de la Salud de Pátzcuaro.

Designado el ilustrísimo señor Ortiz en junio de 1901 para arzobispo de Guadalajara y preconizado en octubre del propio año, llegó el día 4 de enero del corriente año a esta ciudad, que lo recibió con estusiasmo rayano en frenesí; tomando posesión de esta sede arzobispal e imponiéndole el sagrado palio el ilustrísimo y reverendísimo señor arzobispo de Michoacán doctor don Atenógenes Silva, el día 6 del mismo mes. Desde ese día el ilustrísimo señor Ortiz ha sido objeto de continuas ovaciones de parte de una sociedad que lo ama como a su padre, lo respeta como a su prelado y lo venera como al enviado de Dios para regenerar esta porción escogida de la Iglesia mexicana.



[1] Tomado del impreso que lleva por título ‘Álbum que la prensa católica de Guadalajara dedica al Ilmo. y Rvdmo. Sr. arzobispo Lic. don José de Jesús Ortiz’, en cuya producción tomaron parte las publicaciones confesionales Boletín Eclesiástico, El Josefino, La Linterna de Diógenes, el Mensajero Eucarístico, La Familia Cristiana, La Democracia Cristiana y El Obrero Católico. Sin pie de imprenta, Guadalajara 1902. El doctor Francisco Barbosa Guzmán facilitó la copia del original, en posesión de don José R. Ramírez.

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