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Circulares
Circular 06/2010
Recomendaciones pastorales para la Semana Santa 2010 A los miembros de la comunidad diocesana: Los saludo con afecto y les deseo la paz y el gozo de Cristo muerto y resucitado. La Iglesia Universal celebra cada año, con solemnidad, la Semana Santa, en la que se actualizan los misterios de nuestra salvación que Jesucristo llevó a cabo, al entregarse voluntariamente a la muerte, para llegar al triunfo de su gloriosa resurrección. Para que estas celebraciones renueven nuestra vida cristiana, por la eficacia que contienen los ritos sagrados, deseo hacer algunas recomendaciones pastorales a todas las Comunidades de la Arquidiócesis. I. Conclusión de la cuaresma: celebración de la Semana Santa Nos recuerda la carta circular de la Congregación del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos Mysterium Paschale (MP), que en la Semana Santa la Iglesia “celebra los misterios de la salvación actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén” (n. 27). a) Criterios generales para la celebración de los oficios de Semana Santa Para estas celebraciones es importante asegurar la noble y digna celebración de estos días, para ello hay que atenerse a las indicaciones que la Santa Sede ofrece para tal efecto: Tener un número suficiente de acólitos, lectores, cantores, para que la celebración sea verdaderamente digna, los cuales deben ser capacitados convenientemente (cf. Carta MP 41). Con el fin de asegurar una participación activa y fructuosa de los fieles, hay que instruirlos sobre el significado y estructura de las celebraciones (cf. Carta MP 41). Preparar adecuadamente los cantos para estas celebraciones, tomando en cuenta la participación de los fieles (cf. Carta MP 42). No multiplicar innecesariamente el número de celebraciones, especialmente en el Triduo Pascual: Conviene que los fieles se congreguen en las Iglesias más importantes (cf. Carta MP 43). b) Domingo de Ramos en la Pasión del Señor “La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, que comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión. La relación entre los dos aspectos del misterio pascual se ha de evidenciar en la celebración y en la catequesis del día” (Carta MP 28). Como es ya una tradición, el Papa Benedicto XVI invita a las Iglesias esparcidas por todo el mundo, a celebrar en este día la Jornada Mundial de la Juventud. Esta Jornada se realizará en las parroquias y capellanías de la Arquidiócesis, preparándola con orden y entusiasmo, e invitando a todos los jóvenes a proclamar el triunfo de Cristo, como Rey y Señor. Se procurará profundizar y difundir el mensaje del Santo Padre, con una catequesis en consonancia con nuestro tiempo. Invito cordialmente a los grupos juveniles, a que participen en la celebración litúrgica de la Misa de Ramos, que organiza la Pastoral Juvenil Diocesana, en el Santuario de los Mártires, a las 11:30 horas. Por la tarde se llevará a cabo la misma celebración en la Iglesia Catedral, que iniciará en el templo de Nuestra Señora de las Mercedes, a las 17:30 horas, con la Bendición de los Ramos, y en seguida se ordenará la procesión hacia la Iglesia Catedral, para aclamar a Jesús, como el Mesías de Dios, y culminar con la participación en la Eucaristía, en la que se proclama solemnemente la Pasión del Señor. c) Jueves Santo: Misa Crismal. “La Misa Crismal, en la cual el Obispo que concelebra con su Presbiterio, consagra el santo crisma y bendice los demás óleos, es una manifestación de la comunión existente entre el Obispo y sus presbíteros en el único y mismo sacerdocio y ministerio de Cristo” (Carta MP 35). Quiero hacer una especial invitación a mis hermanos sacerdotes, para que en este Año Sacerdotal que estamos celebrando, participen en esta celebración Eucarística, en la que se renuevan las promesas que hicimos el día de nuestra ordenación sacerdotal, en comunión con el Obispo. Invito también a los religiosos y religiosas, y a los fieles laicos representantes de las comunidades diocesanas, para que participen en esta Misa Crismal, que se celebrará en la Iglesia Catedral, el Jueves Santo, a las 10:00 horas. Los presbíteros se reunirán para revestirse en la Sala Capitular, o en el patio de la Curia, a las 9:30 horas y llevarán alba y estola. El Crisma y los Santos Óleos son enviados a las comunidades de la Arquidiócesis, al finalizar la Misa Crismal, para que se utilicen en la celebración de los Sacramentos. Se entregarán únicamente a los representantes que se identifiquen con carta sellada y firmada por el sacerdote responsable. Hay que cuidar que los recipientes sean dignos y seguros, bien aseados, y apropiados para los Óleos en tamaño y material. II. Triduo Pascual. “La Iglesia celebra cada año los grandes misterios de la redención de los hombres desde la Misa vespertina del jueves en la Cena del Señor ‘hasta las Vísperas del domingo de Resurrección’. Este período de tiempo se denomina justamente el ‘Triduo del crucificado, sepultado y resucitado’; se llama también ‘Triduo pascual’ porque en su celebración se hace presente y se realiza el misterio de la Pascua, es decir el tránsito del Señor de este mundo al Padre” (Carta MP 38). Las celebraciones litúrgicas del Triduo Pascual, se han de realizar con gran solemnidad y una consciente participación de los sacerdotes y fieles. Las acciones litúrgicas gozan de mayor dignidad e importancia con respecto a los actos piadosos, para que los horarios se adapten a este criterio y a las necesidades pastorales de los fieles. a) Jueves Santo: Misa vespertina de la Cena del Señor. “Con esta Misa, que se celebra en las horas de la tarde del Jueves Santo, la Iglesia comienza el Sagrado Triduo Pascual, y se esfuerza vivamente por renovar aquella última Cena, mediante la cual el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, amó hasta el fin a los suyos que estaban en el mundo, ofreció su Cuerpo y su Sangre a Dios Padre bajo las especies del pan y de vino, se los dio a los Apóstoles para que lo comieran, y a ellos y a sus sucesores en el sacerdocio les mandó que lo ofrecieran” (Ceremonial de Obispos 297). Con esta celebración se inicia el Triduo Pascual, en la que se conmemora la institución de la Eucaristía y del sacerdocio, así como el mandato del Señor sobre la caridad fraterna, elementos que han de tomarse muy en cuenta en la Homilía (cf. Misal Romano p. 120). Dentro de la Misa, el Sacerdote que preside hace el Lavatorio de los Pies, no a las mujeres, sino solamente “a algunos varones previamente designados, y significa el servicio y el amor de Cristo, que ha venido ‘no para ser servido, sino para servir’” (Carta MP 51). Al concluir la celebración se hace el traslado del Santísimo Sacramento al lugar de la Reserva, hay que notar que el Santísimo Sacramento se reserva en un Sagrario y nunca debe hacerse exposición con la custodia u ostensorio. El Sagrario no tendrá forma de un sepulcro, pues no se trata de representar “la sepultura del Señor”, sino de conservar la Eucaristía para la comunión el Viernes Santo (cf. Carta MP 55). b) Viernes Santo de la Pasión del Señor “Este día, en que ‘ha sido inmolado Cristo, nuestra pascua’, lo que por largo tiempo había sido prometido en misteriosa prefiguración, se ha cumplido con plena eficacia: el Cordero verdadero sustituye a la oveja que lo anunciaba, y con el único sacrificio se termina la diversidad de las víctimas antiguas” (Ceremonial de los Obispos 312). Celebraciones Litúrgicas. En las primeras horas de la mañana, se puede organizar la recitación comunitaria del Oficio de Lectura y Laudes. La celebración de la Pasión del Señor se tendrá después del mediodía, cerca de las tres. Por razones pastorales puede elegirse otra hora más conveniente para que los fieles puedan reunirse más fácilmente: por ejemplo desde el mediodía hasta el atardecer (Carta MP 63); no se han de omitir las lecturas y se ha respetar la estructura de la Oración Universal sin introducir ninguna modificación (Cf. MP 66-67). El Ayuno Pascual El ayuno pascual de los dos primeros días del Triduo es importante, puesto que nos lleva al origen de las mismas celebraciones de preparación a la Pascua en las que la Iglesia ayuna ‘porque el Esposo le ha sido arrebatado’”. Este día hay que observar el ayuno y la abstinencia y se recomienda que se guarde también el sábado santo, “a fin de que la Iglesia pueda llegar con espíritu ligero y abierto a la alegría del Domingo de Resurrección” (MP 39). Ejercicios de Piedad Los ejercicios de piedad se han de organizar siguiendo con fidelidad los principios y orientaciones del “Directorio Sobre la Piedad Popular y la Liturgia”, publicado por la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos, el 17 de diciembre de 2001 (cf. 138 al 156). Se recomienda el “Vía Crucis” en un ambiente de austeridad, silencio y oración (Cf. Directorio 142). “Para la representación de la Pasión de Cristo”, se ha de fomentar en los actores y espectadores, una fe activa y una auténtica piedad, explicando la diferencia que hay entre una “representación” y “la acción litúrgica” (Directorio 144). También se tendrá “el recuerdo de la Virgen de los Dolores”, para hacer compañía a la Madre del Señor, “que se ha quedado sola y sumergida en un profundo dolor después de la muerte de su único Hijo” (Directorio 145). Colecta anual para los Santos Lugares En este día la Iglesia Universal, desde la Edad Media, ha querido solidarizarse con los cristianos de Tierra Santa a causa de la crisis política y económica que afrontan, y de los sufrimientos a que están sometidos. La Congregación para las Iglesias Orientales ha insistido sobre la importancia de esta Colecta. Pido a los párrocos y rectores de los templos que en la celebración litúrgica de ese día, y en los actos piadosos, se de a conocer a los fieles la urgencia de esta ayuda para las comunidades de Palestina, y organicen esta colecta especial. Lo que se recabe se enviará a la Caja del Arzobispado. c) Sábado Santo El Sábado Santo, a temprana hora, es muy conveniente que se recite en las comunidades el Oficio de Lectura y Laudes. También para expresar el luto de toda la Iglesia por la muerte del Esposo, se recomienda organizar “La Hora de la Madre”, ya que la Virgen María, junto al sepulcro de su Hijo, “es imagen de la Iglesia Virgen que vela junto a la tumba de su Esposo en espera de celebrar su Resurrección” (Directorio 147). d) Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor “Según una antiquísima tradición, esta es una noche de vela en honor del Señor, y la Vigilia que tiene lugar en la misma, conmemorando la noche santa en la que el Señor resucitó, ha de considerarse como ‘la madre de todas las santas Vigilias’. Durante la vigilia, la Iglesia espera la resurrección del Señor y la celebra con los Sacramentos de la Iniciación Cristiana. Toda la celebración de la Vigilia Pascual debe hacerse durante la noche. Por ello no debe escogerse ni una hora tan temprana que la Vigilia empiece antes del inicio de la noche, ni tan tardía que concluya después del alba del domingo. Esta regla ha de ser interpretada estrictamente” (Carta MP 77 - 78). Los señores párrocos y rectores de los templos, han de celebrar esta Vigilia en sus cuatro partes, como se encuentra en los libros litúrgicos, y no se debe reducir a una Misa Vespertina de sábado. Elegirán la hora más oportuna, entrada ya la noche, teniendo en cuenta las necesidades pastorales de los fieles. III. Tiempo Pascual “La celebración de la Pascua se continúa durante el tiempo pascual. Los cincuenta días que van del Domingo de Resurrección al Domingo de Pentecostés se celebran con alegría, como un solo día festivo, más aún, como el ‘gran Domingo’” (Carta MP 100). El tiempo de la Cuaresma, que preparó debidamente a las comunidades, ha de culminar con la celebración del Tiempo Pascual, como una gran fiesta prolongada. La Iglesia nos sugiere algunas iniciativas a este respecto: · Celebrar los Domingos de Pascua con especial solemnidad. · Resaltar la Vigilia de Pentecostés con un momento intenso de oración y como el tiempo principal para conferir el Sacramento del Orden. · Fomentar las vocaciones y orar por la santidad de los sacerdotes, sobre todo el IV Domingo de Pascua, en que se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. · Bendecir las casas con motivo de las fiestas pascuales, de acuerdo a los textos que ofrece el Bendicional, y aprovechar la ocasión para que el párroco haga la visita pastoral a cada familia. Que Jesucristo, muerto y resucitado, nos fortalezca con el don del Espíritu Santo, para ser sus testigos en el mundo, anunciando de palabra y obra, la alegría pascual. Guadalajara, Jalisco, a 24 de febrero del 2010 + Juan Card. Sandoval Íñiguez Arzobispo de Guadalajara Juan Pablo Preciado Ramírez, Pbro. Secretario
Circular 07/2010
Cambio de las oficinas de la curia diocesana A los sacerdotes, religiosos y fieles laicos: Los saludo con afecto de hermano y servidor y deseo que Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor, los acompañe en este camino Cuaresmal. La curia diocesana es el organismo que ayuda al Obispo diocesano en el gobierno pastoral de la diócesis, así lo dice el Código de Derecho Canónico: “La curia diocesana consta de aquellos organismos y personas que colaboran con el Obispo en el gobierno de toda la diócesis, principalmente en la dirección de la actividad pastoral, en la administración de la diócesis, así como en el ejercicio de la potestad judicial” (Can. 469). Desde hace muchos años la curia diocesana ha estado prestando sus servicios en los anexos de la Catedral Metropolitana. En orden a mejorar la atención de los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles que acuden a realizar algún trámite o a tener audiencia con un Servidor o alguno de los Obispos Auxiliares, quiero comunicarles que la bendición e inauguración oficial de las oficinas de la curia será el día 19 de abril del presente año, en el edificio que ha sido remozado y convenientemente adaptado, ubicado en la calle Alfredo R. Plascencia 995, entre Colomos y Ayuntamiento, colonia Chapultepec Country, 44620, Guadalajara, Jalisco. A los párrocos y rectores de templos se les avisa que del día 5 al 12 de abril, los servicios administrativos y fiscales continuarán funcionando todavía en Liceo 17, para la entrega de informes mensuales. Que María Santísima de Zapopan, nos alcance de su Hijo Jesucristo, la gracia de ser verdaderos discípulos misioneros al servicio del Reino de Dios. Guadalajara, Jalisco a 26 de febrero de 2010 + Juan Card. Sandoval Íñiguez Arzobispo de Guadalajara Juan Pablo Preciado Ramírez, Pbro. Secretario
Circular 08/2010
Día del Seminario de Guadalajara. Domingo 21 de marzo del 2010 A los sacerdotes, religiosos y fieles laicos: Les saludo con afecto y deseo que la gracia de Dios, nuestro Padre, manifestada en Cristo Jesús, nuestro Sumo Sacerdote los sostenga en el itinerario cuaresmal. Con el favor de Dios, el próximo domingo 21 de marzo celebraremos en nuestra Arquidiócesis el Día del Seminario. Esta celebración, enmarcada esta vez en el Año Sacerdotal convocado por el papa Benedicto XVI, constituye una excelente oportunidad para intensificar nuestra oración por las vocaciones sacerdotales y para que los sacerdotes revaloremos nuestro ministerio como medio privilegiado para la promoción de las vocaciones al sacerdocio. El lema inspirador de la campaña para este año: “Soy Yo, ¡ven y sígueme!”, resalta la contundencia del llamado en cuanto emana del “Yo” soberano y fascinante del Maestro, del Mediador eterno y perfecto entre Dios y la humanidad. En su carta para la convocación del Año Sacerdotal, el papa Benedicto XVI cita algunas de las frases con las que el Santo Cura de Ars pretendía expresar la grandeza del sacerdocio; decía, entre otras cosas: “Un buen pastor, un pastor según el corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen Dios puede conceder a una parroquia, y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina”. “Si comprendiéramos bien lo que representa un sacerdote sobre la tierra, moriríamos: no de pavor, sino de amor…” Estas palabras revelan la grande estima en que tenía del sacerdocio el Santo Cura de Ars, precisamente porque lo ejercía y vivía con todo su corazón. Así hemos de valorarlo y vivirlo los sacerdotes, a fin de contagiar a muchos niños, adolescentes y jóvenes de entusiasmo por el seguimiento del Señor en el camino del sacerdocio. Si una diócesis quiere tener suficientes y santos sacerdotes, debe pedirlos a Dios y formarlos convenientemente de manera integral. Por eso, pido a todos los párrocos, rectores de templos y superiores religiosos que promuevan de manera diligente y entusiasta la celebración del Día del Seminario en sus comunidades, invitando a los fieles a la oración y al ofrecimiento de obras por esta intención, a motivar, además, a las familias a abrirse a la vocación de sus hijos. Ese día se llevará a cabo en todos los templos y comunidades la colecta anual para el sostenimiento del Seminario. Conviene exhortar a los fieles a que sean generosos, teniendo en cuenta las necesidades materiales de la Institución y las labores de construcción que, lentamente, se hacen en algunas casas del Seminario. Lo recabado se entregará directamente al Seminario, a través de los alumnos que harán la colecta. Que Jesús, Sacerdote eterno, nos conceda sentirnos siempre miembros del pueblo sacerdotal, para que de en medio de él elija a los que han de bendecir y santificar en su nombre. Guadalajara, Jalisco a 1 de marzo del 2010. + Juan Card. Sandoval Íñiguez Arzobispo de Guadalajara Juan Pablo Preciado Ramírez, Pbro. Secretario |